Imagen de archivo de Gerardo Fernández Albor

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A LOS 100 AÑOS

Muere Gerardo Fernández Albor, primer Presidente de la Xunta de Galicia

Gerardo Fernández Albor ha fallecido a los 101 años. Fernández Albor fue el primer presidente de la Xunta de Galicia después de que Manuel Fraga Iribarne le pidiese encabezar las listas de Alianza Popular en las primeras elecciones autonómicas en 1981. Fue reelegido en 1985, pero esta legislatura solo le duró un año porque perdió la moción de censura promovida por Xosé Luís Barreiro.

Gerardo Fernández Albor, primer presidente de la Xunta tras la aprobación del Estatuto de Autonomía, ha fallecido a los 100 años, han informado fuentes próximas a la familia.

Fernández Albor, que se convirtió en centenario el pasado mes de septiembre, fue presidente gallego entre 1982 y 1987, cuando fue desalojado por una moción de censura y posteriormente fue eurodiputado durante diez años, entre 1989 y 1999. En una de sus últimas apariciones públicas, en septiembre del año pasado, recibió de manos del entonces presidente el Gobierno Mariano Rajoy la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo.

Gerardo Fernández Albor nació en la capital gallega en septiembre de 1917. La vocación le llevó por el camino de la Medicina, carrera que inició en la Universidade de Santiago de Compostela y que concluyó tras verse interrumpidos sus estudios al empezar la Guerra Civil en 1936, pero no le impidió involucrarse en la vida pública.

Durante el periodo bélico se instruyó en Alemania como piloto aéreo, pero regresó a su ciudad para licenciarse en Medicina y después ampliar su formación médica en varias ciudades europeas. Sus años de juventud los centró Albor en su desarrollo profesional como especialista en Cirugía General y Digestiva, así como al impulso de sociedades científicas.

Pero el fundador del Policlínico La Rosaleda, un hospital privado ubicado en la capital gallega, también se implicó socialmente y no sólo en el ámbito académico, sino que mantuvo proximidad con intelectuales y galleguistas de mediados del siglo XX en Galicia como Domingo García-Sabell o Ramón Piñeiro. Su implicación cultural lo ligó al impulso de la Fundación Penzol y de otras entidades similares como las que se centran en las figuras de Rosalía de Castro, Alfredo Brañas o Castelao.

También formó parte del grupo 'Realidade Galega', aunque el paso hacia delante lo dio de la mano de Manuel Fraga, con quien entró de lleno en política al concurrir a las primeras elecciones autonómicas de octubre de 1981 como candidato de AP.

Tras ganar los comicios, de los que salió un Parlamento gallego plural en el que entraron seis organizaciones que fructificaron en cuatro grupos, AP, centristas, socialistas y grupo mixto, fue investido presidente en enero de 1982 y echó a andar el autogobierno. Repitió a finales de 1985 como candidato de Coalición Popular, en la que junto a AP se integraron otras fuerzas como Centristas de Galicia, y de nuevo logró la victoria.

El nuevo éxito en las urnas, sin embargo, precedió a un año de inestabilidad política en su Gobierno, que culminó en octubre de 1986 con la dimisión de su vicepresidente, Xosé Luis Barreiro y de otros cinco conselleiros. Manuel Fraga le apoyó y él sumó a Mariano Rajoy como vicepresidente para intentar mantener el Ejecutivo, pero una moción de censura se cruzó en su camino y situó en septiembre de 1987 al socialista Fernando González Laxe como nuevo presidente.

Eurodiputado y presidente de Honor

Pero la marcha de la Xunta no supuso para Fernández Albor el abandono de la política. De hecho, el mismo año en el que Fraga recuperaba el Ejecutivo autonómico para el PP, el primer presidente autonómico elegido en las urnas entró en la Eurocámara y presidió en la primera etapa la Comisión creada para la reunificación de Alemania.

Durante una década, la vida política de Albor estuvo ligada a Europa, pero ni siquiera cuando dejó el Parlamento europeo con más de 80 años se retiró de la actividad pública. De hecho, en 2007 fue el primer expresidente en pedir el ingreso en el Consello Consultivo y acudió cada día a su despacho en el centro de Santiago mientras le dejó la salud.

Además, los populares de toda España han contado con él para numerosos actos políticos y siempre tuvo reservado un hueco en los mítines centrales de las principales campañas electorales del PPdeG, en cuyo organigrama figura como presidente de honor.

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