Otegi ha llegado a su casa en la localidad guipuzcoana a las 09.30 horas, custodiado por ertzainas de paisano, en una furgoneta gris con cristales tintados que se ha estacionado a menos de un metro del portal, por lo que apenas ha sido visto por los vecinos que paseaban por la céntrica calle elgoibarresa en la que reside.
El líder de la izquierda abertzale, quien cumple una condena de seis años y medio de prisión por intentar reconstruir Batasuna a través de Bateragune, ha permanecido durante una hora y veinte minutos en su domicilio, al que han acudido sus padres y otros allegados.
Pasadas las 10.45 horas el secretario general de Sortu ha sido introducido rápidamente en la furgoneta, que había hecho una maniobra para situarse a escasos centímetros del portal, tras lo que el dispositivo policial ha abandonado el lugar.
Otegi estaba custodiado por tres agentes de paisano, mientras que otros dos vehículos todoterreno de la Ertzaintza sin distintivos, en los que viajaban otros cinco agentes, completaban el dispositivo de seguridad. Poco después, la cuenta de Twitter que se gestiona en nombre de Otegi ha colgado una foto del exdirigente de Batasuna en el interior del domicilio y un comentario en el que asegura: "una hora en casa después de cuatro años".
El dirigente abertzale fue trasladado el pasado viernes desde la prisión de Logroño hasta el centro penitenciario alavés de Zaballa, aunque se quedó allí y no fue conducido a Elgoibar para asistir al funeral de su suegra, al que sí acudieron dirigentes de Sortu como Pernando Barrena, Rufi Etxeberria o Joseba Permach, además de la abogada del exportavoz de Batasuna, Jone Goirizelaia.
Fuentes de Instituciones Penitenciarias explicaron el pasado viernes que se trata de un permiso extraordinario, un derecho que tienen todos los presos y que contempla la legislación en casos de este tipo, si bien la salida sería "por el mínimo tiempo imprescindible" y no supone, han añadido, ningún cambio de prisión ni cualquier otro beneficio.