El considerado como uno de los cabecillas de la trama Gürtel y exdirigente del PP gallego, Pablo Crespo, ha considerado que los que acabarán en el juzgado serán los empresarios como él y algunos políticos "se irán de rositas, que es lo que suele suceder casi siempre".
Crespo ha hecho estas declaraciones a los periodistas antes de entrar al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, que celebra la segunda sesión del juicio por los contratos de la Generalitat con la red Gürtel para la promoción turística en la feria Fitur.
Ha reiterado su acusación sobre dos de los hombres fuertes del Ministerio del Interior durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba y Antonio Camacho, a quienes culpa de haber "orquestado todo, desde su inicio, con el objetivo de perjudicar al PP".
Según ha dicho, "todo lo de Gürtel acababa en el despacho de Camacho, que entonces era jefe de seguridad", y allí acudió José Luis Peñas, exconcejal del PP en el Ayuntamiento de Majadahonda y denunciante de Francisco Correa "con las famosas cintas y algunas cosas más".
"Otra cosa es que el PP ahora se ponga de perfil porque este tipo de cosas no le conviene. Es un partido y así responde", ha comentado Pablo Crespo, y ha añadido: "Seremos los empresarios" los que finalmente acabarán en el juzgado y algunos políticos "se irán de rositas, que es lo que suele suceder casi siempre".
"Vamos a demostrar que no solo cobramos lo que teníamos que cobrar, sino que en algunos casos cobramos menos de lo que teníamos que cobrar", ha subrayado Crespo. Crespo ha asegurado que "jamás" ha tenido relación con el expresident de la Generalitat Francisco Camps "ni con nadie del Consell" ya que dirigía el conglomerado de empresas desde Madrid y en Valencia "estaba Álvaro Pérez", que imagina que "tendría relación con Camps y con mucha gente, lo cual no implica que esas relaciones fueran impropias, los contratos se han hecho".