El socialista Patxi López se ha convertido hoy en el décimo presidente del Congreso que ha habido durante la democracia. Es sin duda un presidente de consenso, tiene 56 años y nació en Portugalete (Vizcaya), en el seno de una familia de profunda tradición socialista.
Un político al que toda España conoció como el primer Lehendakari no nacionalista en el año 2009, también entonces con el apoyo del PP en Ajuria Enea.
Su mandato estuvo marcado dramáticamente por los últimos zarpazos de la banda terrorista ETA, pero también por el fin de la violencia. Sólo 45 días despues de que tomara posesión, los terroristas asesinaron al comisario de Policía, Eduardo Puelles, con una bomba lapa. Un año más tarde, ETA intentó asesinarle a él pero falló y no sería la única vez.
En la noche del 20 de octubre de 2011, Patxi López se convirtió en Lehendakari de la paz. ETA anunciaba el cese definitivo a 43 años de terror.
Tras perder las elecciones autonómicas en 2012 frente al PNV, gran parte del PSOE se giró hacia él para que diera el paso de liderar el partido y se presentara a las primarias, pero no lo hizo.
El propio Pedro Sánchez, tras ganar la secretaría general en 2014, quiso contar con su experiencia y su empuje en su nueva ejecutiva. Con lo que López fue uno de los pocos fichajes históricos de una dirección joven y con pocas caras reconocibles.
Hoy su perfil moderado y siempre dialogante, ha puesto de acuerdo a PSOE, PP y Ciudadanos para permitir su presidencia en el Congreso. Le esperan tiempos complicados y tendrá que lidiar para buscar el diálogo y el acuerdo en una cámara muy dividida en la que por primera vez no hay una mayoría clara.
