El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, continuará este miércoles su ronda de contactos con los dirigentes territoriales del partido antes del Comité Federal del sábado. Este miércoles pasarán por Ferraz los presidentes de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig; Baleares, Francina Armengol y Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; además del primer secretario del PSC, Miquel Iceta.
Estos encuentros seguirán a los que este martes ha tenido Sánchez con las líderes del partido en Euskadi, Idoia Mendia y Madrid, Sara Hernández, con quienes ha hablado, separadamente, durante unos 45 minutos. Al finalizar estas citas, tanto Mendia como Hernández han defendido que los socialistas son la alternativa al PP y, por eso, su postura tienen que permanecer en el no a la investidura del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.
De hecho, la líder de los socialistas madrileños ha apuntado que no habrá una nueva resolución en el cónclave del próximo sábado, porque siguen "vigentes" los principios que acordó el Comité Federal el pasado 28 de diciembre, cuando decidió que no permitiría la investidura de Rajoy ni de ningún otro candidato del PP.
Eso sí, ambas han dejado la puerta abierta a nuevas citas. A la pregunta de si descartan nuevas reuniones del Comité Federal para plantear una abstención, aunque sea mínima, Mendia ha dicho que "no lo descartaría" y Hernández ha apuntado que no puede "aventurar el futuro".
En cualquier caso, las dos dirigentes han insistido en que el PSOE está en el "no rotundo" a Rajoy y han hecho hincapié además en que la presión debe dirigirse a Génova, porque la gobernabilidad de España depende ahora del PP y es su líder el que tiene que buscar acuerdos políticos entre sus afines ideológicos, entre quienes no está el PSOE.
También se reunirá con el primer secretario del PSC, uno de los dirigentes más afines al líder del PSOE. Será su primer encuentro después de que los socialistas catalanes hayan vuelto a plantear la posibilidad de volver a defender una consulta legal y acordada para Cataluña, siguiendo el modelo canadiense, una propuesta que ha generado polémica incluso entre las filas del PSC.
