Cumbre del G-20

Pedro Sánchez y su mujer hacen homenaje a Ucrania con su original vestimenta a su llegada a la cumbre del G-20

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez, han vestido de color azul en lo que ha sido un homenaje a la bandera de Ucrania, a su llegada a la cena de gala en la cumbre del G-20.

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Esta semana, ha arrancado la cumbre del G-20 en la ciudad indonesia de Bali, siendo la primera que se produce desde que comenzara la invasión de Ucrania el pasado 24 de febrero. A ella, han acudido, en representación de España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez, que han portado una original vestimenta en lo que ha sido considerado una mezcla entre los típicos atuendos que se visten en Indonesia y un homenaje a la bandera de Ucrania.

En la cena de gala de la cumbre, el presidente ha aparecido con una camiseta de color azul, mientras su esposa llevaba un vestido amarillo con un atuendo de color azul, en lo que suponía un homenaje a la bandera de Ucrania. La guerra copa todas las miradas en esta cumbre, donde se ha puesto el foco principalmente en el presidente chino, Xi Jinping, para tratar de averiguar si se puede contar con él de cara a las siguientes semanas del conflicto y la determinación que puede haber del mismo.

Sánchez ha pedido al presidente chino, que curiosamente, cumple hoy una década como secretario general del Partido Comunista de China, que use su influencia sobre Rusia para pedir que ponga punto y final a la guerra. China mantiene vínculos de alto rango con Rusia, aunque ha mostrado en reiteradas ocasiones su apoyo a la soberanía nacional de Ucrania. Por ese motivo, unos y otros tratan de ganarse el apoyo absoluto de China, aunque, por el momento, Xi Jinping y los suyos procuran mantenerse al margen.

A 100 días de que se cumpla un año de guerra

Dentro de 100 días, se cumplirá un año desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania. En los casi nueve meses de guerra que llevamos desde sus comienzos, la pérdida de vidas ha sido cada vez más grande y la peor parte se la está llevando la población civil. Unos se ven obligados a huir para salvarse, y otros tratan de refugiarse como pueden si permanecen en el país. El otro drama son los numerosos niños que huyen al extranjero mientras sus padres se quedan en Ucrania, con la duda de si volverán a verse o no.

Lejos de frenar la guerra, Rusia no parece tener intención de dejar de lado sus pretensiones y sigue sin haber intenciones por parte del Kremlin de buscar una solución al fin del conflicto. Por su parte, Ucrania ya lo avisa: no negociará nada mientras Rusia ocupe su territorio, por lo que insta a las tropas de Putin a retirarse inmediatamente si quieren acabar el conflicto. De lo contrario, Volodímir Zelenski insiste en que la guerra continuará hasta expulsar al invasor ruso de todo el país.

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