El expresidente del Gobierno Felipe González y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, han comenzado una nueva etapa de acercamiento y recomposición de su relación política con una comida en Madrid, han confirmado fuentes cercanas al líder socialista.
El encuentro ha tenido lugar casi un mes después de que González se mostrara, "dispuesto a hablar" con Sánchez, si éste le llamaba, algo que "no ha ocurrido, pero va a ocurrir", pronosticó ese día el expresidente.
Para entonces Sánchez ya le había enviado algún mensaje después de meses de distanciamiento, incluso de confrontación directa durante las primarias, en las que González apoyó a la presidenta andaluza, Susana Díaz.
Tras la victoria de Sánchez en las primarias, González dijo que no se "siente representado" por ningún líder político y anunció que se había tomado un "año sabático del PSOE", consistente en no pronunciarse sobre temas de su partido.
El reencuentro se produce un día después de que la ejecutiva de Sánchez aprobara el nuevo Reglamento de Estatutos del PSOE, que alumbra el nuevo modelo de partido defendido por Sánchez en las primarias, en el que los militantes y la ejecutiva ganan poder, en detrimento de órganos como el Comité Federal.
Sánchez aprobará el sábado su modelo de PSOE sin contestación de los barones
El líder del PSOE recibirá este sábado el respaldo del Comité Federal al Reglamento de Estatutos, que alumbra su nuevo modelo de partido, sin contestación de los barones, algunos de los cuales no asistirán siquiera a la reunión, como la andaluza Susana Díaz y el valenciano Ximo Puig.
Un día después de su presentación, las nuevas normas internas no han suscitado apenas reacciones entre los líderes territoriales, que rechazaron abiertamente, durante las primarias de mayo, su pérdida de influencia en favor de la de los militantes de base.
No obstante, Ximo Puig ha defendido la necesidad de combinar la "democracia participativa" con la "representativa"; ha advertido del riesgo de caer en "procesos endogámicos" y ha llamado a avanzar en la apertura a la sociedad "mirando por sus objetivos sociales".
También el presidente de Aragón, Javier Lambán, ha asegurado que le importa más que el PSOE se constituya en una "alternativa política" al PP que las cuestiones organizativas internas.
En los pasillos del Congreso, los diputados críticos también intentaban esquivar el asunto: "todo evoluciona", señalaba uno de los más veteranos y de los más combativos hace unos meses con el sistema "presidencialista" de Sánchez. Otro de los parlamentarios que consideran que Pedro Sánchez ha implantado un "régimen caudillista" se mostraba convencido de que es la ejecutiva federal la que acumula más poder con las nuevas normas.
Especialmente callados y desentendidos del nuevo reglamento se han mostrado los socialistas andaluces, hasta el punto de que la presidenta Susana Díaz no asistirá el sábado a la reunión del Comité Federal.
Sí lo hará el presidente castellanomanchego Emiliano García-Page, han señalado fuentes de su entorno, aunque está por ver si participará en la votación del texto.
En la dirección del PSOE aseguran que el nuevo reglamento se someterá a votación a mano alzada de los miembros del comité (algo más de 300), la inmensa mayoría -casi un 90%- afines a Pedro Sánchez.
Entre ellos, han confirmado su asistencia el líder del PSC, Miquel Iceta, y los secretarios generales de Madrid, José Ramón Franco; Galicia, Gonzalo Caballero; Castilla y León, Luis Tudanca; País Vasco, Idoia Mendia; Navarra, María Chivite; Cantabria, Pablo Zuloaga; y Murcia, Diego Conesa.
El cónclave es el segundo que convoca Sánchez desde el 39 Congreso y, como el anterior, que se celebró en Alcalá de Henares (Madrid), tendrá lugar en un enclave declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, esta vez Aranjuez (Madrid).