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QUIEREN UNA SOLUCIÓN "SIN VENCEDORES NI VENCIDOS"

Los presos de ETA se adhieren al 'Acuerdo de Gernika'

En el acto de adhesión al acuerdo, los expresos Gloria Rekarte y Jon Aguirre Aguirano han representado a los 26 antiguos internos de la organización que se suman a la búsqueda de una solución al "conflicto" vasco "sin vencedores ni vencidos".

Los presos de ETA han escenificado su adhesión al 'Acuerdo de Gernika' en un acto celebrado al mediodía en un teatro de la villa foral vizcaína. En él han tomado parte 26 antiguos internos de la organización terrorista.

El acuerdo ha sido suscrito formalmente por los expresos Gloria Rekarte y Jon Aguirre Aguiriano. Este último, de 69 años, salió de prisión el pasado 3 de mayo tras cumplir 30 años de reclusión por los asesinatos de  José María Piris, un niño de 13 años que murió al golpear un artefacto explosivo en la calle, y del marmolista José Arcedo Quiles, en Escoriaza (Guipúzcoa).

En nombre del colectivo de presos de ETA (EPPK por sus siglas en euskera), Itziar Garlardi ha leído un comunicado de adhesión al acuerdo, en términos similares a los hechos públicos el pasado viernes.

Los firmantes del Acuerdo de Gernika han dado a conocer, en este mismo acto, una declaración, que ha leído la teniente alcalde de la localidad guipuzcoana de Aretxabaleta, Lore Martínez (Bildu), en la que advierten de que la actitud de "soberbia" del Estado es "el mayor peligro que tiene el proceso" de paz.

En el documento se analizan los acontecimiento acaecidos desde la firma del acuerdo, hace un año, y se destaca el paso "positivo y de gran valor" dado por ETA, "una de las expresiones más violentas del conflicto", al declarar un alto el fuego que "ha posibilitado que el proceso se active".

Por el contrario critican, en alusión a las instituciones del Estado, la actitud de "otros agentes implicados en el conflicto", que parece que no tienen "interiorizada la paz sin vencedores ni vencidos". Reprochan a esos "otros agentes" el "crecimiento de la represión", la ausencia de novedades en la política penitenciaria, las "numerosas detenciones", las "torturas", los "juicios políticos", la "ilegalización" de Sortu o las políticas "contra" el euskera. Una actuación que consideran "guiada por la soberbia, que no busca más que dar la imagen de victoria, alejándonos de la solución justa" y que en este momento es "el mayor peligro que tiene el proceso de paz".

Los firmantes del acuerdo han dado a conocer también un plan de actuación para el próximo año cuyo objetivo fundamental es "la socialización del proceso de paz y normalización en que nos hallamos". Este proceso para la búsqueda de una solución al "conflicto" vasco, según los firmantes del acuerdo, se debe asentar en cuatro bases: debe ser "integral" para dar respuesta "a todos los aspectos del conflicto", "democrática", sin "perdedores ni vencidos" y "dialogada".

En este marco se fijan varios objetivos principales: mejorar la situación de los "presos políticos" con medidas como el abandono de la "doctrina Parot" y los traslados a cárceles vascas; la "legalización de todas las opciones políticas", la "paralización de los juicios políticos, acosos o persecuciones" y el "reconocimiento de todas las víctimas".

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