Carles Puigdemont
Puigdemont dice que en estos años en Bélgica ha recibido visitas de gente del PSOE para generarle "expectativas"
Coincidiendo con el quinto aniversario de su huida a Bélgica y con la polémica desatada en España a cuenta de la reforma del delito de sedición, Puigdemont ha publicado una carta en la que asegura haber recibido visitas de gente del PSOE: "Seguro que Pedro Sánchez sabe de qué hablo".
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No ha perdido la oportunidad Carles Puigdemont de entrar en el debate por la reforma del delito de sedición y acaparar de nuevo la atención informativa. Coincidiendo con el quinto aniversario de su huida a Bélgica el expresidente catalán ha difundido una carta en la que asegura que durante este tiempo ha recibido visitas de miembros del PSOE en diversas ocasiones para generarle "expectativas de un buen trato, vía reforma del código penal y un indulto siempre y cuando accediera a comparecer ante el Supremo".
La carta se extiende por dos páginas y en ella alude directamente a Pedro Sánchez: "Seguro que Pedro Sánchez sabe de qué hablo". Puigdemont asegura que no ha buscado "de qué manera pasaría menos años en una cárcel españolani he esperado nunca los beneficios que se aplican a otros. Sobre esta cuestión he sido explicito en público y en privado ante todos los interlocutores que se me han dirigido para proponerme soluciones felices".
Puigdemont dice no entender "cual es el beneficio de la reforma del delito de sediciónpara la resolución del conflicto político entre España y Catalunya", y ha dicho textualmente que aún entiende menos que se le incluya a él entre los beneficiados de la reforma, un beneficio que no quiere y que no piensa pedir de rodillas. Defiende que la bajada de penas que se planea no tendría "beneficios" para los independentistas. "Puedo entender los beneficios que tiene para el Estado español que yo aceptara una resolución basada en la reforma del código penal, pero los beneficios para el 'procés' independentista no los veo pro ningún lado".
Ha afirmado que algunos serían felices al verle declarar ante el Tribunal Supremo y que "se desvivirían para que fuera indultado a los tres años de condena", y aunque considera que esto sería un alivio para su vida personal, dice que significaría una renuncia política que no está dispuesto a aceptar
Se queja el exdirigente de que en este tiempo ha "aguantado todo tipo de campañas sucias, amenazas muy graves, seguimientos, espionajes y acoso familiar". Termina eso sí agradeciendo a quienes durante estos 5 años lo han visitado y "trasladado su afecto y apoyo", especialmente a los exconsellers de la Generalitat Clara Ponsatí, Toni Comín y Lluís Puig, que también residen fuera de España.
Y se despide con toda una declaración de intenciones: "Continuamos; y tanto que continuamos".
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