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De sherpa en el Himalaya a electricista en Navarra

Con sólo seis años porteaba el equipaje de los turistas que ascendían al Everest. Unos montañeros españoles lo adoptaron y lo trajeron a España. Su nueva vida se parece poco a aquella.

Con apenas seis años recorría las faldas del Everest. Pasang porteaba el equipaje de los turistas que ascendían al pico más alto del mundo.

Su vida dio un giro cuando Koldo, un guía de montaña, se cruzó en su camino. Así, con 10 años cambió la altitud de Nepal por el paisaje de Eguíllor en Navarra.  

No fue una decisión fácil. Pasang dejaba atrás a sus abuelos, sus amigos y, sobre todo, a su madre. Reconoce que el cambio fue drástico: “Me daban miedo las escaleras mecánicas, el mar, el ritmo de vida acelerado...".

Además, tuvo que aprender castellano, algo de euskera y comenzó a estudiar un grado medio de electricidad. Aunque, como buen sherpa, las montañas siguen siendo fundamentales en su vida: “Quiero volver”, asegura. 

Su sueño es un albergue en la puerta del Himalaya, un lugar desde el cual pretende ayudar al pueblo sherpa y mostrar los misterios del techo del mundo. Un sueño que de momento vislumbra a  8.000 kilómetros de distancia.

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