Las autoridades francesas creen que en el robo perpetrado por ETA en Francia habrían participado más terroristas ya que los dos hombres y la mujer que entraron encapuchados y armados en la empresa "Impuls-France" portaban walkie-talkies a través de los cuales se comunicaban con al menos otro compañero en el exterior, según han informado fuentes de la lucha antiterrorista.
Las pesquisas se centran ahora en tratar de identificar a los autores de esta acción y conocer la utilidad que los terroristas pretenden dar al material sustraído (impresoras, programas informáticos para el funcionamiento de las mismas, así como unas 6.000 tarjetas vírgenes y otras con banda magnética).
Descarta que un robo de estas características tenga como objetivo el mero hecho de sobrevivir en la clandestinidad. Según indican, los materiales robados servirían para la fabricación de documentación falsa y tarjetas de identificación con las que poder burlar controles de seguridad, algo factible en caso de que los terroristas cuenten ya con el software adecuado para ello.
Tres encapuchados armados y que se identificaron como miembros de la banda terrorista ETA, robaron ayer diverso material para falsificar documentos en una empresa de la localidad francesa de Romans-sur-Isère, en el sudeste del país, han confirmado fuentes de la lucha antiterrorista.
Los autores del asalto, dos hombres y una mujer, con acento español y que dijeron ser miembros de ETA, se llevaron de la empresa Impuls-France tarjetas magnéticas y de crédito vírgenes y en blanco.
Además, en su huida sustrajeron un vehículo de la entidad con el que abandonaron el lugar. Dado el modo de actuación de los asaltantes y las declaraciones aportadas por los testigos, los investigadores franceses barajan como principal hipótesis la autoría de ETA.
Ya la semana pasada, las Fuerzas de Seguridad galas también investigaron la sustracción de un vehículo, robado con el 'modus operandi' utilizado habitualmente por los miembros de la banda terrorista.