Los últimos excarcelados de ETA abandonan la cárcel entre las protestas de las víctimas

En medio de los insultos de las víctimas, abandonaba la cárcel de El Puerto de Santa María, en Cádiz, el etarra Ignacio Fernández Larrinoa. Estaba condenado a más de 125 años de cárcel por tres asesinatos y por el atentado contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Llodio.

"Javi de Usánsolo", el asesino del niño de tres años Fabio Moreno, salía poco después de las cinco de la tarde de la cárcel de Jaén. Estaba condenado a 85 años de prisión. En noviembre de 1991 colocó una bomba colocó bajo el asiento del conductor del coche de un guardia civil. La explosión hirió al agente y a uno de sus hijos. Mató al más pequeño, a Fabio.

La etarra Inmaculada Pacho abandona la prisión de Murcia en el interior de una furgoneta. Estaba condenada a 500 años de cárcel por varios asesinatos y cuatro atentados, entre ellos el cometido contra la comisaría de Burgos. Hasta el momento ya han sido puestos en libertad 50 etarras en aplicación de la sentencia de Estrasburgo que anuló la doctrina Parot.