El Gobierno Vasco de Iñigo Urkullu quiere someter a consulta popular las conclusiones que se alcancen en una ponencia parlamentaria sobre el futuro del autogobierno de Euskadi que se creará durante esta legislatura.
Esta iniciativa está recogida en el "Nuevo Estatus Político para Euskadi" que forma parte del programa de gobierno presentado por el lehendakari, Iñigo Urkullu, y que, bajo la denominación de "Programa de mil días", ha aprobado el Ejecutivo autonómico tras el Consejo de Gobierno. Uno de los objetivos del Gobierno vasco es que el resultado de dicha ponencia parlamentaria se someta al "contraste popular", ya que parte de la base de que "la sociedad vasca en su conjunto debe ser dueña de su propio destino".
Por ello, "aspira" a que a los ciudadanos "de todos los territorios vascos" -ahora divididos en la Comunidad Autónoma Vasca, Navarra y el País Vasco francés- se les reconozca el derecho a decidir libremente sobre el grado y vínculo de relaciones que desean tener entre ellos, incluida la posibilidad de conformar un marco institucional unitario, si ésa es su voluntad mayoritaria". Para ello potenciará la cooperación transfronteriza en la eurorregión Aquitania (Francia)-Euskadi", propiciará la adhesión de Navarra a dicha eurorregión e iniciará "un diálogo sincero" con las instituciones navarras.
También quiere colaborar con Navarra para defender el Concierto y el Convenio Económico ante las autoridades españolas y europeas. Crear redes de colaboración entre todos los territorios vascos, potenciar a "toda Euskalherria" como destino turístico, desarrollar las vías de comunicación "que articulen el conjunto del territorio" e impulsar el euskera serán algunos de los ejes de esta estrategia. Desde el punto de vista normativo, el Gobierno de Urkullu entiende que "las circunstancias" que han rodeado el desarrollo del Estatuto de Autonomía de Gernika desde 1979 hacen que sea necesario ya "un nuevo sistema de autogobierno".
Pero es consciente de que ese proyecto necesitará de acuerdos entre partidos y agentes sociales, aunque su legitimidad debe llegar "de la voluntad expresa de la ciudadanía", que será quien lo "refrende". Agrega que "Euskadi debe ser nación en Europa", como lo son "Estonia o Croacia" y para ello defiende "vincular soberanía política y soberanía económica", entendida esta última no como proteccionismo, sino como "una Euskadi menos dependiente y más abierta al mundo".
Con estas premisas y objetivos, el primer paso que dará el Ejecutivo vasco será constituir una ponencia sobre el futuro del autogobierno en el Parlamento, cuyo resultado se someterá "al contraste popular", además de organizar unas jornadas internacionales y un "proceso participativo para poner en común" todas estas propuestas. El programa incluye otros dos apartados, uno sobre "El empleo y las personas" y otro sobre "Paz, Derechos Humanos y Convivencia", en el que se plantea presentar las acciones que se pongan en marcha en esta materia a las instituciones europeas para alcanzar un acuerdo que haga posible su desarrollo.