Llega el verano, las calles de las grandes ciudades se vacían y las carreteras se llenan. Casi todos los ciudadanos se suman a la huida hacia parajes más tranquilos y menos calurosos. También los políticos se apuntan, provocando una imagen que se repite el último día de cada periodo de sesiones: cogen sus maletas y dejan el Congreso vacío.
Hay quien decide, por ejemplo, aprovechar las vacaciones para hacer deporte, como el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con sus conocidas caminatas veraniegas. Todos los años los vemos: cambian las zapatillas de correr por las chanclas y el bañador, y como es natural, no se olvidan de compartirlo en redes sociales como Mariano Rajoy o Albert Rivera.
E incluso los que se quedan, como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, que actualiza su cuenta de Instagram con fotos comiendo en su despacho. Hace unas semanas defendía que "las vacaciones son algo bueno, pero deberían ser voluntarias", y ha decidido quedarse trabajando en Madrid los meses de julio y agosto.
Lo importante es descansar, cada uno a su manera, para recargar fuerzas y hacer frente a un septiembre en el que estarán más que ocupados.
