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TRAS LA DIMISIÓN DE RAJOY

El PP vive un proceso inédito y tiene por delante el reto de superar sus miedos para elegir al próximo líder del partido

La posibilidad de que los militantes puedan participar de forma directa en la elección del líder nacional genera muchos miedos entre los dirigentes populares, aunque para otros supone un reto que no se puede desaprovechar para ofrecer una imagen de renovación en el partido. Este lunes y hasta el miércoles quienes quieran aspirar a la Presidencia del PP deberán registrarse como precandidatos acompañados de un mínimo de cien avales de militantes.

El Partido Popular está viviendo un proceso inédito en el que por primera vez los militantes podrán participar de forma directa en la elección de su líder nacional, una posibilidad que genera muchos miedos entre los dirigentes del PP pero que para otros supone un reto que no se puede desaprovechar.

A partir de este lunes y hasta el miércoles a las dos de la tarde, quienes quieran aspirar a la Presidencia del PP deben registrarse como precandidatos, acompañados por un mínimo de cien avales de militantes del partido. Se pondrá fin así al suspense abierto desde que Mariano Rajoy anunciara su marcha, ya que desde entonces ninguno de los dirigentes que más suenan para la sucesión y que a priori contarían con más apoyos, como Alberto Núñez Feijóo y Soraya Sáenz de Santamaría, ha dado aún un paso al frente.

La cuestión es si habrá una verdadera batalla democrática entre dos o más candidatos con posibilidades o acabará imperando la candidatura única que han pedido muchos dirigentes para evitar fracturas. "No nos hagáis elegir". "Dádnoslo hecho". Son algunos de los mensajes que asegura recibir un miembro de la dirección del grupo popular en el Congreso por parte de alcaldes y cargos de su provincia.

Insiste en que el sentir mayoritario es ese, el del miedo a un proceso que el PP no ha vivido nunca a nivel nacional y que trajo más de un disgusto cuando se puso en práctica el año pasado en los congresos regionales y provinciales.

La explicación más repetida de las dos últimas semanas entre quienes apuestan por una candidatura única de consenso es la de que el partido no está en este momento para líos, porque acaban de perder el Gobierno y se tienen que reponer cuanto antes para preparar las elecciones de 2019. Y han sido varios los 'barones' que han defendido esta fórmula y la han promovido en las conversaciones mantenidas entre unos y otros en los últimos días. Defienden así un candidato fuerte que integre en su dirección al resto. Pero aunque pueda ser el sentir mayoritario entre los presidentes regionales, muchos en el partido recuerdan que la voz, en este momento, es de los militantes. Y aseguran que hay ganas de votar entre las bases del PP.

Así lo apunta un dirigente provincial, que dice no temer varias candidaturas y hace una advertencia: Si el partido pacta un solo candidato que "coloque" a los demás en su dirección se habrá perdido una oportunidad histórica y persistirá la percepción del que el PP no se ha modernizado ni quiere, en realidad, democracia interna. Será, añade, un 'coitus interruptus' de una renovación que no solo es inevitable, sino también, recalca, más necesaria que nunca.

Otra opción que apuntan dirigentes populares es la de consensuar una única candidatura una vez que se haya celebrado la primera fase -en la que los militantes eligen entre los precandidatos- y cuando queden, para pasar a la segunda, los dos más votados.

El 5 de julio se celebrará esa primera ronda de la elección con la votación de los precandidatos por parte de los militantes, que además votarán, en otra urna, a los compromisarios. Según el procedimiento, tras esta primera votación los dos más votados pasarían al congreso, aunque si el que gana obtiene mayoría absoluta de votos, mayoría de circunscripciones y una ventaja de quince puntos sobre el segundo quedaría ya como candidato único.

Si llegan dos al congreso, serán los compromisarios los que tengan la última palabra. Un presidente regional propone que si hay un claro ganador en la primera fase, aunque no cumpla esas tres condiciones, llegue a un acuerdo con el segundo para integrarlo en una candidatura única.

Tanto este 'barón' como muchos otros cargos del PP temen llegar al congreso del 20 y 21 de julio con el proceso aún abierto. De nuevo el miedo a divisiones insalvables, a heridas que, en palabras de otro presidente regional, "costaría mucho cerrar".

Habrá que esperar quiénes y cuántos se presentan a la carrera para relevar a Mariano Rajoy. Por el momento solo un dirigente ha anunciado ya su intención de concurrir, el responsable de Relaciones Internacionales del PP, José Ramón García Hernández. Y otros, como el exministro José Manuel García-Margallo y el expresidente balear José Ramón Bauzá, han reconocido que se lo están planteando y recogen avales para poder presentarse.

Pero son solo dos los nombres que citan los 'populares' cuando piensan en una batalla real e igualada. Alberto Núñez Feijóo y Soraya Sáenz de Santamaría tienen ya poco tiempo para decidir si dan el paso. Como lo tiene también la secretaria general, María Dolores de Cospedal, quien hace unos días aseguraba estar pensándose su futuro. Los dirigentes consultados no creen que Cospedal se presente, pero varios admiten que podría hacerlo si ve que lo hace Sáenz de Santamaría, aunque ven más probable que se posicione del lado de Feijóo.

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