La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha anunciado en la rueda de prensa20130516-NEW-00224-false||| ya no se le da ese uso, el Ejecutivo ha dado vía libre para su revocación. La decisión adoptada por el Consejo de Ministros culmina un proceso iniciado a mediados de mayo, cuando el Monarca comunicó que renunciaba al uso de esta emblemática embarcación, poniéndola a disposición del Estado.
Poco después, los empresarios que le habían regalado el barco, reunidos en torno a la fundación Fundatur, [[LINK:INTERNO|||20130527-NEW-00193-false|||solicitaron su devolución al Ejecutivo]], bajo el argumento de que cuando lo entregaron a Patrimonio Nacional lo hicieron "para el uso y disfrute de su Majestad el Rey y de los miembros de la Familia Real", es decir, que se trató de una "donación modal y finalista".
Ahora, ha explicado la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, el Gobierno ha aprobado un real decreto para desafectar el yate, después de que Patrimonio Nacional, a requerimiento del jefe del Estado, hubiera iniciado el procedimiento al respecto. Ha recordado que los empresarios de Fundatur han reclamado su devolución porque "no se destina al fin para el que fue donado".
Los servicios jurídicos del Estado han confirmado que se trata efectivamente de una "donación modal" y por ello, una vez "desaparecida esa circunstancia", esto es, su utilización por parte del Rey, han dictaminado que procede la revocación de la donación y, consecuentemente, la "devolución del bien". Ahora sólo resta que Patrimonio Nacional se ocupe de los trámites necesarios para que el buque pase a los empresarios de Baleares.
El Fortuna es un yate de alta velocidad y 41 metros de eslora, fue donado en el 2000 por Fundatur, entidad presidida por Carmen Matutes y que contaba entre su treintena de patronos con los máximos responsables de Sol Meliá, Barceló, Globalia, la Caixa y la Caja de Ahorros de Baleares "Sa Nostra".
En su día, costó unos 3.000 millones de pesetas -equivalentes a 18 millones de euros- pagados a los astilleros Bazán en San Fernando (Cádiz) para sustituir al anterior "Fortuna", donado en 1979 por el rey saudí Fahd, que a su vez reemplazaba a otra embarcación con el mismo nombre que don Juan Carlos utilizaba en aguas de Baleares desde agosto de 1976.
Tras conocerse que don Juan Carlos renunciaba a su utilización, el Gobierno de Baleares, presidido por Joan Bauzá, apoyó su retorno a sus propietarios originales; el Ejecutivo insular forma parte como patrono de la fundación que encargó sus construcción. Una de las posibilidades que se han manejado sobre el futuro que se daría al bien es su venta para dedicar el dinero obtenido a desarrollar proyectos sociales en Baleares.