Con esta medida, según Zapatero se estabilizarían las primas de riesgo de España e Italia en una horquilla en torno a los 200-300 puntos básicos. Exige, además, una reducción del tipo oficial del dinero. "Si esto sucede así, o algo similar, todo podría empezar a cambiar, para ver, al final, algo de luz al final de este largo túnel. Lo deseo de todo corazón", indica el expresidente en un artículo publicado en 'El Mundo' bajo el título de 'La decisión del Banco Central Europeo'.
En su argumentación, defiende que el Banco Central Europeo ejerza su papel de "prestamista de última instancia" para salvar el euro y salir de la crisis y señala que si "hubiera desplegado la misma energía que la Reserva Federal" ahora no se sufriría "la actual crisis de deuda".
Tras recordar cómo las palabras las recientes palabras de Draghi sobre que no se dejaría caer al euro hicieron bajar la prima de riesgo y subir la Bolsa, incide en que el Banco Central Europeo "es la única división capaz de ganar la batalla a la trampa de liquidez".
En este sentido, pone como ejemplo la actuación de la Reserva Federal en Estados Unidos y del Banco de Inglaterra en Gran Bretaña al actuar de prestamistas de última instancia para enfatizar que sus actuaciones fueron "decisivas" para la recuperación de la liquidez, la estabilidad monetaria y la capacidad de financiación de sus Tesoros.
Esta actuación como "prestamista de última instancia" debería ser ejercida por el BCE en la eurozona para reducir los tipos de interés de los Tesoros nacionales con problemas. "Y cualquier alternativa a una actuación como ésta que adoptara el BCE a modo de sucedáneo no funcionaría", advierte.
En esta línea, alerta de que aunque el euro sea una moneda joven, de 17 estados, "o una moneda sin Estado", no podrá sobrevivir "sin un Banco central que ejerza todas las facultades propias de estas decisivas instituciones para el devenir de las economías contemporáneas".
En opinión de Zapatero, los inversores foráneos que necesitan los países con problemas graves de deuda solo volverán "si perciben con claridad que el euro cree en sí mismo", algo que, añade, "solo ocurrirá si se ve al BCE actuando como un prestamista de última instancia en toda su amplitud".
Otras medidas que ha puesto en marcha, como la compra de bonos en el mercado secundario, no es desde su punto de vista el mensaje que se tiene que dar a los inversores. "El BCE ya ha intervenido en los mercados de deuda", recuerda, "pero siempre lo ha hecho como sin querer hacerlo" y "no se ha hecho una intervención con convicción, por un tiempo suficiente y en una cuantía necesaria".
En este sentido, incide en que "sin el disparo de salida" del BCE las medidas de ajuste que está aprobando el Gobierno de Rajoy no servirán para sacar a España de esta situación porque "sin la liquidez necesaria para que la economía reciba oxígeno, los ajustes y las reformas no podrán cumplir sus objetivos".
Tras rechazar a quienes invocan el "riesgo moral" para justificar que el BCE no ejerza ese papel de prestamista, Zapatero señala que el Banco Central Europeo. "Central, independiente sí, pero no ajeno, y menos aún hostil", apostilla.