ONCE
Le tocan 35.000 euros en el sorteo del Cupón Diario de la ONCE sin haber pagado el cupón
Trinidad le guarda a Chico todos los días un número del Cupón Diario de la ONCE. Pero en esta ocasión, se enteró de que estaba premiado antes de abonarlo.
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Trinidad Jiménez lleva años vendiendo cupones en el barrio de Las Flores de Málaga. Cada día guarda, escrupulosamente, los números correspondientes a su clientela fija: "Que me los paguen o no es lo de menos. Si yo les prometo que se los guardo, lo hago. Unas veces pagan antes y otras después, pero yo no les voy a dejar sin su número, eso es sagrado".
Pero este gesto tiene mayor valor cuando el pasado lunes le avisan de que había repartido 1,1 millones de euros. Había vendido 20 cupones del mismo número del sorteo del Cupón Diario de la ONCE, pero entre ellos había uno que no había sido abonado, el de Joaquín Vázquez, más conocido como Chico: "A mí que no estuviera pagado no me importó. Yo en cuanto me enteré le llamé corriendo y le dije que había sido agraciado. Que le habían tocado 35.000 euros y yo estaba feliz como nunca porque sé que le hacía falta. Yo le había prometido que un día le daría el premio y así ha sido", asegura Jiménez.
Chico aún está en un sueño. Mira una y otra vez el cupón de la ONCE con el número 53.241 que le ha traído la suerte, pero sobre todo a Trinidad: “Su honradez a mí no me sorprende porque ella tiene un corazón que no le cabe en el pecho. Me guarda los números de lunes a domingo. Yo unas veces le pago por adelantado y otras veces cuando los números ya se han jugado. Pero este gesto le honra porque está claro que no todo el mundo lo hace”, cuenta Joaquín, poco después abrazar a Trinidad en agradecimiento por el premio y por su solidaridad.
Los 35.000 euros del premio a Chico le han dado una segunda oportunidad: "Este dinero a mí me permite vivir, porque yo hasta ahora trataba de sobrevivir. He tenido un bache económico muy importante y las deudas me estaban atrapando. Con este premio yo voy a poder saldar esa deuda y seguir adelante con mi vida con normalidad. Para mí esto es volver a vivir".
Hoy, en el quiosco donde habitualmente vende Trinidad, la cola para comprar no cesa: "Yo me alegro siempre por mis clientes porque, en líneas generales, a todos los que le ha tocado es gente a la que le hace falta, que no llega a fin de mes y esto antes de Navidad les arregla bastante".
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