Los irlandeses se enfrentan al ajuste más profundo de la historia de su país. Y en contra de ello se han manifestado en torno a 50. 000 personas, que han recorrido el centro de Dublín, y que acusan al Gobierno de engañarles y de salvar la economía de los bancos, y no la de los ciudadanos. Los manifestantes consideran las medidas injustas y demasiado duras.
El ejecutivo irlandés trabaja a contrareloj para que el plan de ajustes sea aprobado, y la Unión Europea acuda a su rescate.