Aniversario caída de la URSS
30 años después de la URSS: Vladimir Putin alimenta el sueño soviético
Tres décadas más tarde, Putin desafía el orden europeo y mantiene sus influencias sobre los estados postsoviéticos más jóvenes.
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El 26 de diciembre de 1991, la URSS (Unión Soviética) se disolvió. El día anterior, día de Navidad, el mundo fue testigo del fin de tres cuartos de siglo de dominio soviético. Ahora, tres décadas más tarde, con una Guerra Fría de por medio, Putin mantiene sus esfuerzos por recuperar lo que califica como "mayor catástrofe geopolítica" del siglo XX.
Fueron 74 años de experimento soviético. Y un día, de la noche a la mañana, Moscú perdió su imperio. Sin embargo, las secuelas de su colapso continúan presentes en el mundo y las políticas internas y externas del presidente rusoVladimir Putin lo confirman.
Nuevo desafío al orden europeo
Cuando la Unión Soviética finalmente se disolvió, con la renuncia de su último líder Mikhail Gorbachev, la Guerra Fría ocupó ese vacío que dejaba la desaparición del sueño de Lenin. Occidente y el comunismo se enfrentaban al conflicto más duradero de su historia, en las que las advertencias de aniquilación nuclear se hicieron un hueco.
Si bien Occidente y Rusia han tenido sus momentos incómodos desde 1991, especialmente sobre Serbia, Libia y Georgia, el enfrentamiento actual se ha convertido en el más serio hasta ahora porque el presidente ruso está desafiando conscientemente el orden europeo. Sus esfuerzos por tener el control sobre la ex república socialista soviética de Ucrania tanto política como diplomáticamente no han dado sus frutos, por lo que ahora amenaza con hacerlo por la fuerza.
Invasión a Ucrania
30 años más tarde, sin la bandera roja del martillo y la hoz izada sobre el Kremlin, el enfrentamiento persiste. Y Putin, para quien el colapso soviético fue "una vergüenza histórica", ha conseguido volver a poner a Europa al límite.
Los temores sobre una posible invasión sobre Ucrania aumentan cada día mientras Estados Unidos y Europa se ofrecen a hablar. Posiblemente, con la esperanza de prevenir lo que sería una catástrofe fatal para la estabilidad y seguridad del continente.
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