El papa Francisco cierra su histórica visita de 3 días con una multitudinaria misa en un estadio de la ciudad de Qaraqosh. La misa ha tenido aforo limitado y medidas de protección. También ha visitado algunos edificios católicos y lugares destruidos.
Pero antes de la misa, no ha habido apenas límites para acercarse al papa cuando ha visitado la iglesia de la Inmaculada de esa ciudad. Había pocas mascarillas y ambiente de euforia. Los cristianos han visto por primera vez de cerca a un Papa.
Es una visita histórica, que termina hoy, en la que Francisco también ha visto con sus propios ojos la destrucción que ha causado el terrorismo en ese país.
Es, quizás, el día más simbólico de este viaje a Irak. Como suele hacer el equipo de comunicación del Vaticano, que va siempre con el papa, la visita deja imágenes icónicas, como el símbolo de la paz que Francisco ha dejado volar, junto a los líderes de la iglesia católica local.
Lo ha hecho en un lugar dañado por la guerra y el extremismo: en las ruinas de una iglesia de Mosul, que fue capital del llamado "estado islámico". Se le ha podido ver impactado por esa imagen. También ha estado rodeado por medidas de seguridad extremas, como un grupo de escoltas rodeando su coche blindado.
El papa Francisco ha querido que su última ceremonia en Irak sea lo más numerosa posible. Por eso, se ha escogido como marco un estadio, el segundo más grande del país, con una capacidad de unas 20.000 personas.
De esta manera, concluye una jornada que se ha desarrollado toda en el Kurdistán. Esta región ha sufrido los peores crímenes y persecuciones durante el periodo del califato islámico. Esta mañana, en Mosul, el papa ha presidido una ceremonia de oración por las víctimas de la guerra.