Brasil
¿Y ahora qué? Esto es a lo que se enfrenta Lula como presidente de Brasil
Los resultados de las elecciones de Brasil evidencian un país polarizado. Lula ha ganado las elecciones con el 50,9% de los votos frente al 49,1% del ultraderechista Bolsonaro.
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Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, es el nuevo presidente de Brasil tras ganar al ultraderechista Jair Bolsonaro en las elecciones con el 50,9% de los votos. La izquierda vuelve a gobernar el país. No ha faltado la cascada de felicitaciones a Lula. Mandatarios internacionales reconocen su victoria. El presidente argentino, Alberto Fernández, el primero en persona. Por redes sociales, otros muchos, como Pedro Sánchez.
La victoria de Lula, -dice Sánchez- es "progreso". Le anima a trabajar por la justicia, la igualdad y contra el cambio climático. Son tres de los muchos retos que atisba en su tercer mandato. En su momento, Barack Obama lo tildó como el "político más popular del mundo". Un político que incluso pasó 580 días en prisión por una condena que posteriormente fue anulada.
"Considero que tuve un proceso de resurrección en la política brasileña. Intentaron enterrarme vivo y ahora estoy aquí para gobernar el país", celebró el domingo para celebrar su triunfo. En su resurgir tendrá que afrontar retos como acabar con la polarización en Brasil. En el país de América del Sur hay dos bandos, ha quedado claro en las elecciones. Una polarización que ha protagonizado agresiones e insultos por apoyar a candidatos. Lula deberá dispensar calma.
Violencia en Brasil
El presidente electo tendrá que hacer frente a la violencia en un país en el que se multiplican las armas en manos de civiles. Un país en el que la inmensidad de las fronteras supone un problema de narcotráfico y criminalidad y en el que quieren recomponer las relaciones con el resto del mundo.
En los últimos sondeos nacionales, más del 67% de la población teme ser agredida por motivos políticos. Un total de 54 personas han sido asesinadas en el último mes y se compran más de 1.300 armas al día. Una compra de armas impulsada por el Gobierno de Jair Bolsonaro.
Economía y hambre
Según un estudio desarrollado por la Red Brasileña de Investigación en Soberanía y Seguridad Alimentaria, con datos recolectados entre noviembre de 2021 y abril de 2022, unos 33,1 millones de personas pasan hambre en Brasil. Un 73% más que en 2020. Como en 2003, cuando llegó a la presidencia, combatir hambre vuelve a ser una de las banderas de Lula.
Hace casi 20 años su meta era "garantizar tres comidas al día para los brasileños". Ha destacado que cuando estaba al frente, "sacamos a Brasil del mapa del hambre, pero desgraciadamente retrocedimos".
La economía ha sido uno de los temas más presentes en la campaña electoral. Datos macroeconómicos aportados por Bloomberg detallan que el PIB brasileño crecerá un 2,7% interanual este año, está previsto que para 2023 sea del 0,8 y en el 2024 se quede en un 1,9% interanual. Esto significa, la economía brasileña se está enfriando en un contexto de recesión global e inflacionista. Lula da Silva deberá enfrentar la situación.
Medio ambiente
Los cuatro años de liderazgo de Bolsonaro han estado marcados por los continuos ataques de activistas que lucharon para frenar la destrucción del Amazonas. El expresidente brasileño impulsó una política de industria sin preocuparse por el medio ambiente. Cabe remarcar que la Amazonía es clave en la lucha contra un cambio climático que jamás estuvo en los planes de Bolsonaro.
Sin embargo, Lula se ha mostrado comprometido con la protección medioambiental. Más de 700.000 kilómetros cuadrados se han deforestado en el Amazonas desde 1980. El nuevo presidente se comprometa a luchar por la deforestación cero. Defiende que "en nuestro Gobierno logramos reducir la deforestación en un 80%.
Respiro en la Unión Europea
La Unión Europea (UE) está lista para trabajar en el acuerdo de libre comercio. Por primera vez, las cinco mayores economías de América Latina están gestionadas por gobiernos de izquierda. La mayor de todas, Brasil, vuelve a manos de Lula. Bruselas espera avanzar en las discusiones sobre el libre comercio con los países del Mercosur.
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