Un koala en un eucalipto

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POR LA TALA DE ÁRBOLES

Alarma en Australia por el riesgo de que los koalas desaparezcan de algunos parajes del este

En algunas zonas, además, los koalas han sido sacrificados por culpa de la clamidia, una bacteria que les produce lesiones en los genitales y los ojos causándoles infertilidad y ceguera y los consume lentamente hasta la muerte. Pero la tala de árboles ha causado la reducción de entre un 53 %y 26% la población de estos animales en los estados orientales de Queensland y Nueva Gales del Sur.

El koala, el emblemático marsupial que habita en Australia, corre el riesgo de desaparecer de ciertos parajes del este del país oceánico por la tala de árboles impulsada por la urbanización y el desarrollo agrícola y minero.

"Depende de la presión a la que estén expuestos, pero en algunas áreas los koalas estarían al borde de la desaparición en unos 20 años si se sigue arrasando sus hábitats", dijo Christine Adams-Hosking, autora de un estudio revelado hoy por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

Según esta investigación, la tala de árboles redujo un 53 %y 26% la población de koalas en los estados orientales de Queensland y Nueva Gales del Sur, respectivamente. Solamente en la Costa del Koala, al sur de Brisbane, la población se redujo en más del 80% entre 1996 a 2014.

Los estudios de densidad de población de koalas realizados por WWF también muestran que la situación es más grave en el sureste de Queensland, donde se calcula que unos 179 koalas habrían muerto entre 2013 y 2015, en un área de 44 kilómetros cuadrados.

El koala (Phascolarctos cinereus), que en lengua aborigen significa "sin beber" -en alusión a que el 90% de su hidratación proviene de las hojas de eucalipto que come-, está considerado especie vulnerable en Queensland y Nueva Gales del Sur, así como en el Territorio de la Capital Australiana.

Desde la colonización europea, la población de koalas, que viven en Australia desde hace 25 millones de años, ha perdido sus hábitats a raíz del desarrollo urbano, agrícola y minero y también por el cambio climático, así como por la comercialización de sus pieles hasta la década de 1930.

En algunas zonas, además, los koalas han sido sacrificados por culpa de la clamidia, una bacteria que les produce lesiones en los genitales y los ojos causándoles infertilidad y ceguera y los consume lentamente hasta la muerte. Para Adams-Hosking, la desaparición de los koalas representa una "señal que revela una catástrofe mayor porque sus hábitats son sumideros de carbono y se destruyen en esos lugares los servicios naturales de los ecosistemas".

Entre otros, la presencia del koala permite la polinización de las plantas y contribuye a mantener los suelos saludables. Además, la pérdida de sus hábitats conlleva otros peligros para el koala que tiene que buscar un nuevo hogar a riesgo de ser atropellado en las carreteras -necesita una media de 40 segundos para cruzarlas- o de sufrir ataques de perros domésticos o salvajes (dingos). Se estima que casi la totalidad de estos koalas no llega a sobrevivir a las heridas causadas por estos incidentes.

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