Los controles fronterizos adicionales han provocado cancelaciones y demoras en la línea desde Salzburgo, la última ciudad austríaca en la ruta a Alemania para miles de inmigrantes y refugiados que han llegado en las últimas semanas a Europa. Una portavoz de la OeBB ha dicho que los detalles sobre el motivo por el que se ha ordenado el cierre no están disponibles.
Austria ha introducido controles más estrictos en la frontera este miércoles, después de que Alemania hiciera lo propio el domingo. El flujo de llegadas a Austria desde Hungría se ralentizó el martes, tras la entrada en vigor en el país vecino de nuevas leyes que suponen el cierre efectivo de la frontera con Serbia y que penalizan con cárcel a aquellos que entren en el país de forma ilegal.
"Estos controles fronterizos deberían ser una señal importante para el mundo", ha subrayado la ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner, en declaraciones a la cadena ORF. "No puede haber un flujo sin fronteras de inmigrantes", ha añadido. El canciller austríaco, Werner Faymann, ha dado una idea de la escala del 'atasco' de refugiados que hay en el país como consecuencia de los controles fronterizos impuestos por Alemania. "En estos momentos, más de 2.000 personas están llegando (a Alemania) en servicios ferroviarios normales", ha señalado a ORF.
"Pero si 25.000 o 22.000 personas están en alojamientos de emergencia, entonces uno ve que hay un cuello de botella que se ha producido por los controles", ha añadido. Según el canciller, los controles están ralentizando a los refugiados en lugar de impedir que crucen la frontera. "En Alemania, no se ha denegado la entrada a nadie", ha incidido.