El principal opositor ruso, Alexei Navalni, se ha declarado este miércoles en huelga de hambre. Así lo ha anunciado a través de su cuenta de Instagram, en la que explica que seguirá con su protesta desde la cárcel hasta que un médico vaya a visitarle, "como marca la ley".
"Tengo derecho a llamar a un médico y obtener medicamentos. No me dan ni lo uno ni lo otro. El dolor de espalda se ha trasladado a la pierna y algunas partes de la pierna derecha y ahora de la izquierda han perdido movilidad", asegura en el texto. "Cada reo tiene el derecho de invitar a un especialista para que le examine y consulte. Incluso yo, que soy inocente".
El hombre, de 44 años, ingresó en la prisión de la ciudad de Pokorv, a la que le precede una fama de duros aislamientos psicológicos para los presos, además de las estrictas condiciones del centro.
"En lugar de asistencia médica, me torturan con privación del sueño, me despiertan por la noche 8 veces", denunciaba Alexei, que asegura que los funcionarios de la prisión obligan a los presos activistas a intimidar a los reclusos y a no limpiar alrededor de sus camas.
"La vida de un preso vale menos que un paquete de cigarrillos", continúa Alexei.
Su condena
Alexei Navalni está condenado a más de 2 años y medio de prisión por un supuesto delito de fraude. Fue un tribunal de Moscú quien dio el sí definitivo a la pena dictada hace 7 años, en 2014.
El pasado 17 de enero, tras su regreso de Alemania a Rusia, le arrestaron. El país germano acogió al opositor ruso para asegurar su recuperación por el envenenamiento con polonio que sufrió el año pasado. De hecho, asegura que este acontecimiento es lo que puede estar desarrollando sus continuos problemas de salud y deterioros.
Las autoridades judiciales rusas alegaron que Navalni incumplió con las medidas excepcionales que mantenían en suspenso la pena dictada. Sin embargo, como ya pasó 10 meses bajo arresto domiciliario, su condena se ve reducida a 2 años y 8 meses en prisión.
Su encarcelamiento desencadenó una oleada de protestas, que terminó con miles de detenidos en las diferentes capitales rusas. Su anuncio de hoy también ha despertado la indignación de los usuarios, que piden "libertad para Navalni". Hasta su mujer, Yulia Navalnaya, se ha dirigido al mismo presidente de Rusia, Vladimir Putin, para pedirle que libere "inmediatamente" al político desde su cuenta de Instagram.