Funeral Isabel II

Un ambiente lleno de cariño ha acompañado a la reina en la ceremonia que ponía fin a su reinado

El evento también ha estado acompañado de un respetuoso silencio que se ha mantenido durante toda la ceremonia en la que a muchos les ha costado, incluso, aguantar las lágrimas.

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Que la reina Isabel II movía masas siempre se ha dicho, pero con su muerte ha quedado más que claro. Durante esta semana se han visto colas de hasta 24 horas para poder despedirse de ella. Un momento parecido que se ha vivido hoy en los alrededores de los parques de Reino Unido. Miles de personas esperaban frente a ellos para no perderse el funeral de Estado más grande vivido en el país.

Han sido muchas horas las que muchos han llegado a pasar para el gran evento de hoy, algunos incluso han pasado la noche al raso con tal de asegurarse esa primera fila que les dejaba ver sin dificultad el cortejo fúnebre. Pero, sin duda, uno de los mejores lugares de la ciudad para ver toda esa ceremonia ha sido Hyde Park. Allí se han instalado pantallas gigantes como en muchos otros parques del Reino Unido.

Llegar hasta allí ha sido un reto complicado cargado de mucha paciencia y donde se ha tenido que seguir en todo momento las indicaciones para atravesar una ciudad que hoy se encontraba totalmente paralizada. Una vez en el interior, lo mejor era no moverse demasiado si uno no quería perder el buen sitio que había conseguido. “Nos quedamos aquí, el sonido es mejor y tenemos dos pantallas enfrente”, ha asegurado uno de sus ciudadanos. Además de esas dos, otras seis pantallas acompañaban a este céntrico parque que dejaba a sus habitantes ser testigos del momento.

“Sabíamos que iba a venir mucha gente y que iba a haber un ambiente increíble”, ha contado una mujer. Un ambiente que miles y miles de personas han creado por un mismo sentimiento: “Queríamos estar aquí para darle las gracias por todo lo que ha hecho por el país”, ha dicho otra.

El evento también ha estado acompañado de un respetuoso silencio que se ha mantenido durante toda la ceremonia en la que a muchos les ha costado, incluso, aguantar las lágrimas. Hoy se ha puesto fin al reinado de Isabel II, una reina que parecía eterna y que hoy su pueblo ha despedido con el corazón encogido.

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