Reino Unido
Amenazas y presuntas agresiones desatan un cisma inédito entre los 'tories': "Nunca había visto algo así"
La última tormenta política desatada en la Cámara de los Comunes de Reino Unido destroza a los conservadores. Liz Truss se equivocó en su voto y se habla de que hubo agresiones en su bancada.
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Reino Unido vivió en la noche de este pasado miércoles una de las sesiones parlamentarias más bochornosas que se recuerdan en la etapa contemporánea. En medio de la creciente crisis de gobierno, con Liz Truss atrincherada en Downing Street, y con los conservadores abocados al abismo, se habla de que llegó a haber intimidación física contra algunos diputados para que votaran la no prohibición del fracking, que pedían los laboristas.
Hasta 40 diputados rompieron la disciplina de voto y entre ellos estaba la primera ministra, Liz Truss, que se equivocó y se abstuvo por error en la votación. Recientemente, el Partido Conservador ha informado que 36 diputados serán finalmente los que, en teoría, iban a quedar expuestos a sanciones; ha quitado a cuatro diputados, entre los cuales está la primera ministra, aludiendo a que se trató de un fallo protocolario y que no lo hicieron de forma intencionada. Lo llamativo es que, entre esos 36 diputados, están el exprimer ministro, Boris Johnson, la exprimera ministra Theresa May, el ministro de Defensa, Ben Wallace, y el recién caído ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng.
Y decimos que, en teoría, iba a ser así, porque los conservadores han vuelto a rectificar esta misma mañana, después de que la secretaria de Estado para el desarrollo internacional, Anne-Marie Trevelyan, haya dicho que no sabe qué medidas se tomarán y dijera que no era una moción de confianza contra Truss. La pasada madrugada, los 'tories' decían lo contrario. Nadie entiende nada, los conservadores están sin rumbo y los laboristas siguen de cerca la situación, con todas las encuestas a su favor.
¿Agresiones físicas para presionar a la bancada?
Aunque no se supo todo lo que ocurrió, se lleva hablando desde anoche que llegó a haber violencia verbal e incluso intimidación física para presionar a los conservadores en la votación del fracking. El diputado conservador Chris Bryant aseguró en Sky News que hubo hasta cuatro diputados, entre los que estaba la viceprimera ministra, y titular de Sanidad, Therese Coffey, y al ministro de Empresa, Jacob Rees-Mogg, intimidando físicamente a un diputado para que no rompiera la disciplina de voto, asegurando que "nunca había visto algo así".
Los rumores de agresiones fueron más allá cuando, después de que algunos diputados denunciaran gritos, insultos, amenazas e intimidación física, se informó de que la primera ministra, Liz Truss, agarró del brazo a la diputada y vicecoordinadora de los diputados conservadores, Wendy Morton, para presionarla y que no pudiera dimitir. Finalmente, ella dimitió, y también lo hizo el vicecoordinador adjunto, Craig Whittaker, agravándose más aún la división interna del Ejecutivo.
Pero la historia no termina ahí, y el drama es mayor para Liz Truss. Tras dimitir este pasado miércoles su ministra del Interior, Suella Braverman, Truss ha optado por dar el cargo a Grant Shapps. Un reconocido periodista británico, Dan Hodges, asegura que un diputado parlamentario le ha lanzado la indirecta de que el nuevo ministro habría criticado a la jefa del Gobierno unos pocos días antes: "Podría enviarte los mensajes que Grant me envió a lo largo del fin de semana sobre Liz Truss". Otro alto cargo 'tory', que ha decidido permanecer en el anonimato, aseguró al editor de política de la BBC, Chris Mason, que "las acciones de Liz Truss son imperdonables, terribles y espantosas", añadiendo que "ha arrasado el partido, el país y habrá elecciones generales".
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