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EL CASO DE RODNEY KING

Los Ángeles recuerda las protestas más violentas de su historia

Hace 20 años, la comunidad negra tomó las calles tras un incidente que consideraron un ejemplo de la violencia de la policía y la discriminación racial. Saquearon comercios, quemaron gasolineras y el caos se instaló en la ciudad durante varios días. Murieron 52 personas.

Rodney King era, en 1991, un joven negro que conducía borracho y demasiado rápido por las calles de Los Angeles. Varios policías blancos le castigaron por ello con una paliza. Una cámara llevó la imagen a la televisión y el mundo fue testigo del enésimo caso de violencia racial. Un año después, para asombro de la comunidad negra, los agentes fueron absueltos del caso.

La ira prendió en Los Ángeles. Durante seis días, la ciudad vivió sumida en el caos. Miles de personas tomaron las calles para protestar contra la policía. Se produjeron incendios, asesinatos y saqueos. El pillaje afectó a los comerciantes de origen coreano que defendieron sus negocios a punta de pistola. Los daños materiales superaron los 1.000 millones de dólares. Murieron 52 personas.

Todavía recuperándose de la paliza, el inspirador de las protestas, intentó poner orden. Rodney King compareció ante las cámaras: "¿No podemos vivir todos juntos? ¿No podemos vivir todos juntos?".

Veinte años después, King repite sus palabras. Las diferencias sociales son aún muy marcadas. Él sigue en paro y nunca ha conseguido apartarse de las drogas pero cree que al menos la policía ha aprendido una lección.

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