Conflicto Afganistán

El cambio de vestimenta de la periodista de la CNN Clarissa Ward un día después de la llegada al poder de los talibanes en Afganistán

La periodista se ha visto obligada a cambiar su atuendo a la hora de informar sobre la situación en Afganistán con la imposición de las nuevas leyes islámicas de los talibanes sobre las mujeres.

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El ascenso de un nuevo régimen talibán en Afganistán hace temer un recorte de derechos y libertades que podría afectar a las mujeres, principales beneficiadas del fin del denominado Emirato Islámico en 2001, pero que ahora, bajo este régimen no podrán estudiar, trabajar, salir a la calle sin la compañía de un hombre, o vestir libremente.

Tras el abandono de las tropas estadounidenses de Afganistán, los talibanes han tomado Kabul y, entre otros, las mujeres pagarán las consecuencias en forma de un retroceso en materia de igualdad de género. Como muestra de ello, una de las caras internacionales más conocidas en suelo afgano es la reportera estadounidense Clarissa Ward, reportera de la CNN, que se encuentra informando de todo lo que está ocurriendo allí estos días.

Hace unos días, Ward conectaba con el periodista y presentador estadounidense Fareed Zakaria, donde se le podía ver en manga corta, con un ligero pañuelo al cuelo y el pelo al descubierto. Sin embargo, la nueva imagen de la reportera en sus crónicas es vestida con un 'niqab' totalmente de negro y sólo mostrando su rostro.

La corresponsal internacional de la CNN ha sido obligada a cambiar su vestimenta tras menos de 24 horas desde que los talibanes tomaron Kabul e impusieron su rígida visión de la ley islámica.

Ahora, en el país, las mujeres solo pueden mostrar una parte de su cara mientras no se vea ni el pelo y el cuello, siempre que se encuentren en presencia de hombres. Si van solas, esto va más allá, pues vestirán un 'burka', que les cubre desde la cabeza a los pies, pudiendo dejar visible únicamente una pequeña abertura en los ojos. Tampoco podrán reírse en voz alta o usar tacones, además de estar obligadas a no hacer ruido al andar. En caso de un juicio, el testimonio de una mujer valdrá la mitad que la de cualquier varón y la custodia y manutención de los hijos corresponde únicamente al padre.

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