Crisis en Ucrania
Arranca una semana crítica en la frontera de Ucrania
La situación es la más preocupante desde la Guerra Fría y Estados Unidos insiste en que la guerra es inminente. Los ejercicios militares continúan a ambos lados de la frontera y la diplomacia no parece dar resultados.
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Nueva semana clave entre Rusia y la OTAN. Otra más y esta comienza tras el mensaje que lanzó Estados Unidos el pasado viernes: Washington aseguraba que la invasión rusa sería inminente. Durante el fin de semana, Biden también ha reiterado el compromiso con la soberanía y la integridad territorial ucraniana y ha prometido al presidente de Ucrania una respuesta "rápida y decisiva" si Rusia invade el país.
Sin embargo, Ucrania teme más los ataques híbridos que la guerra anunciada por Estados Unidos. Los expertos del gobierno ucraniano no perciben señales de un ataque a gran escala, pero los avisos estadounidenses ya están provocando daños en la economía de Ucrania. Algunas compañías aéreas están cancelando o desviando sus vuelos al país europeo y medios ucranianos publican que este lunes se podría cerrar el espacio aéreo, añadiendo un elemento más de incertidumbre.
Europa continúa buscando el diálogo
El último esfuerzo diplomático lo protagoniza esta semana Olaf Scholf. Alemania se juega muchos intereses económicos en el conflicto con Rusia, entre ellos la paralización del gasoducto Nord Stream 2, y su canciller visitará Kiev este lunes y viajará a Moscú el martes.
En estas dos paradas buscará tomar la temperatura de primera mano para saber en qué punto está la crisis. Hasta ahora, los precedentes de viajes a Moscú, tanto de Macron como de varios ministros británicos, no han conseguido ningún resultado, pero Scholz también aprovechará este viaje para reivindicar el papel de Alemania. El canciller alemán, Olaf Scholz, ha asegurado en las últimas horas que "se utilizan todas las vías posibles para garantizar que haya un desarrollo pacífico de la crisis y que Rusia reduzca la escalada de la situación".
Mientras tanto, Estados Unidos y otros países occidentales siguen evacuando sus embajadas y pidiendo a sus ciudadanos que abandonen Ucrania. Así lo han hecho EEUU, Canadá y Australia, que han traslado sus servicios consulares o diplomáticos a Lviv, en el oeste del país.
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