Estados Unidos ha celebrado por todo lo alto, como cada año, su fiesta nacional del 4 de julio. A las tradicionales comidas familiares y fuegos artificiales se ha unido la Casa Blanca, que ha ofrecido una fiesta a las familias de los militares.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha recordado a los que ha llamado "héroes estadounidenses", artífices de la independencia de la nación hace 242 años.
La presidencia de Trump mantiene al país dividido y un 55 por ciento de los ciudadanos se muestra preocupado por la "creciente debilidad" de su democracia.