'Qatargate'
Así se diseñó la operación policial para desactivar el 'Qatargate', la mayor trama de sobornos en la historia de la Eurocámara
La madeja de sobornos de Qatar en el Parlamento Europeo amenaza con llevarse por delante la reputación de las instituciones comunitarias. El balance por ahora ha sido de 6 detenidos, 20 registros de viviendas y más de un millón y medio de euros en metálico incautados. La fiscalía belga llevaba cuatro meses detrás de esta trama y diseñó al milímetro la operación policial para proceder a las detenciones. La investigación sigue abierta y desde la Eurocámara reconocen que todavía puede salir mucha porquería de debajo de la alfombra.
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Viernes 9 de diciembre. Mañana gélida en el barrio europeo de Bruselas. Un grupo de agentes de la policía federal belga abordan a Francesco Georgi cuando sale de su casa de la Rue Wiertz, para ir a trabajar. Le estaban esperando en su coche. Georgi es detenido y su teléfono móvil confiscado. La policía cree que ese terminal puede contener información muy valiosa para la operación que están a punto de lanzar a gran escala.
Francesco Georgi es un joven italiano de 35 años. Es la pareja de Eva Kaili, eurodiputada griega de 44. Ella, antigua presentadora de informativos en Grecia, está en casa en el momento de la detención de su pareja, pero no es consciente de lo que acaba de ocurrir.
Poco después, la policía belga da su segundo paso en la hoja de ruta diseñada al milímetro, y filtrada al diario belga Le Soir. Detienen en su domicilio a Pier Antonio Panzeri, un antiguo diputado italiano, del que Giorgi ha sido asistente parlamentario y con el que mantiene una estrechísima relación.
Solo queda activar la tercera pata del plan. Los agentes filtran a la prensa el arresto de Panzeri con el objetivo de poner nerviosa a Kaili y provocar movimientos. Dicho y hecho. Kaili se pone en contacto con su padre y, acto seguido, éste sale huyendo de un hotel de Bruselas con una maleta rebosante de dinero. La policía le está esperando en la puerta del gran Hotel Sofitel. Cuando le registran, comprueban que transportaba "cientos de miles de euros" y eso les da la coartada perfecta a los agentes para poder entrar y detener a la eurodiputada, a pesar de que goza de inmunidad parlamentaria. La ley permite saltarse la protección parlamentaria en el caso de que se esté cometiendo un "flagrante delito". Por ejemplo, intentar esconder dinero negro y eliminar pruebas.
Estas tres personas, Kaili, Georgi y Panzeri, -más un cuarto, el lobista Niccolo Figa Talamanca-, centran las acusaciones del mayor caso de sobornos e injerencia de un país extranjero en el Parlamento Europeo. Se les acusa de recibir dinero y regalos para manipular las decisiones políticas y económicas de la eurocámara en la que trabajan. La fiscalía belga reconoce que están sorprendidos por las cantidades tan enormes de dinero, no podían imaginar que almacenaran tanto.
Eva Kaili se declara inocente
Todavía no se ha visto ninguna imagen pública de Eva Kaili desde su detención, pero su abogado, que ha podido hablar con ella, ha querido salir a defenderla ante los medios. Asegura que su cliente se declara inocente de cualquier soborno por parte de Qatar. La diputada se muestra muy crítica sobre la postura de sus antiguos colegas del Parlamento Europeo en su contra. Dice que "la decisión de visitar Qatar nunca fue algo personal, si no como representación de la Eurocámara y con el visto bueno de la Comisión Europea y del Alto Representante para Asuntos Exteriores, Josep Borrell".
Sin embargo, el abogado no ha sido capaz de explicar por qué apareció todo ese dinero fresco en los registros. Eva Kaili tendrá que comparecer el 22 de diciembre ante el Tribunal de primera instancia de Bruselas, después de que su su defensa haya pedido aplazar la vista oral. Los otros tres acusados sí han pasado a disposición judicial y el magistrado belga ha decidido mantener en prisión a dos de ellos (Francesco Georgi y Pier Antonio Panzeri) y dejar bajo brazalete electrónico a Figa Talamanca.
Primeras decisiones políticas
La Eurocámara ha prometido una investigación interna en profundidad para depurar responsabilidades. Su presidenta Roberta Metsola ha reconocido que está pasando los días más tristes y difíciles de su carrera política, pero que "la cooperación con las autoridades judiciales belgas ha sido total e inmediata".
La primera decisión de los grupos políticos ha querido ser ejemplarizante. Ha resuelto por unanimidad retirarle el cargo de vicepresidenta de la cámara a Eva Kaili, la principal acusada. El pleno no tuvo piedad con la diputada griega: 625 votos a favor y solo 1 en contra.
El terremoto político ha dañado seriamente la imagen de las instituciones europeas, que ahora tratan de mostrar dureza en la respuesta. Metsola se ha comprometido a reforzar las reglas de transparencia e investigar profundamente lo que ha pasado. "Se reforzarán los controles... no dejaremos ni una piedra sin levantar”, ha dicho.
Desde la Comisión Europea, su presidentaÚrsula Von der Leyen también señalaba que "las acusaciones son muy graves" y pedía endurecer las normas éticas de las instituciones, para delimitar qué entidades tienen acceso a las instalaciones parlamentarias o quién financia cada partida.
Posible trama marroquí
El gran temor en los pasillos de Bruselas es que el escándalo vaya a más. Según apuntan medios italianos o el semanario alemán Der Spiegel, podría haber una segunda trama de sobornos, llevados a cabo por Marruecos. En ella también estaría implicado el exeurodiputado italiano Pier Antonio Panzeri.
Es una vía que también ha sugerido Ana Gomes, una exdiputada portuguesa, de la familia socialista como Panzari, y que estuvo en Bruselas trabajando quince años. Gomes ha dejado caer que el italiano podría también haber aceptado sobornos desde Rabat, para influir en resoluciones sobre el Sahara Occidental y sobre los derechos humanos en Marruecos.
Pero esta vía marroquí no ha sido confirmada por la fiscalía belga.
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