Así fueron las visitas de Trump a España: la opinión de quienes trataron con él y sus condiciones en Barcelona

Cuando faltan apenas cuatro días para que Donald Trump tome posesión como presidente de Estados Unidos, 'Trump: presidente por sorpresa' muestra las imágenes del magnate en sus dos visitas a España. La primera en marzo de 2011, en Barcelona, la siguiente en 2014.

Daniel Salvia fue el chófer que en su primera visita le acompañó por la ciudad condal en su limusina Lincoln negra. Estuvo 30 horas a su completa disposición, y puso varios requisitos: "Que el chófer fuera no fumador, que en la limusina no se hubiera fumado y que fuera de color negra".

Seis años después, Daniel recuerda que el futuro presidente de los Estados Unidos le pareció "una persona muy normal, muy dicharachera, y no un prepotente". Está convencido de que Trump se habría dejado hacer una foto de habérsela pedido, pero los 'selfies' aún no estaban de moda entonces. Como recuerdo guarda 100 dólares de propina.

En el Palau Sant Jordi de Barcelona dio una convención a la que asistieron miles de personas. Él, al frente, era un auténtico ídolo de masas. Óscar Barril, asistente a la convención, recuerda que cuando Trump entró "es como si entraran los Reyes Magos". Aplausos, fotos, vídeos y gritos de todos los asistentes, expectantes frente al magnate de quien recibieron un mensaje: "El fracaso es una oportunidad para volver a levantarse".

En el evento no faltaron alusiones a España. Trump se refirió al "gran equipo de fútbol" de la Selección y dijo que admiraba a Rafa Nadal: "Hablamos de un chico que siempre quiere ganar, siempre, siempre es un ganador". La gente le animaba, y cada frase suya era vitoreada.

José Ángel Abad, corresponsal de Antena 3 en Estados Unidos, afirma que "de todos los mítines políticos, creo que los únicos en los que he tenido la sensación de que nadie se aburre, es en los de Donald Trump. Tiene la capacidad de convertir lo que es un evento de naturaleza política, en uno de entretenimiento".

Lo mismo opina Vicente Vallés, periodista y autor de 'Trump y la caída del imperio Clinton', quien apunta que "su capacidad de venta de cuando se dedicaba a los negocios la ha sabido trasladar a la política".

Trump recuerda su estancia en Barcelona como maravillosa, pero es su mujer quien saca tiempo para hacer turismo por la ciudad en el verano de 2014 y dejó constancia en las redes sociales de su fascinación por la ciudad condal.