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Así imaginaban los niños en los años 60 que sería la vida en el año 2000: "Las personas serán vistas como estadísticas"
Un grupo de periodistas ingleses pidieron a varios niños y adolescentes que explicaran cómo se imaginaban el mundo en el año 2000. Estas fueron sus respuestas.
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Bombas atómicas y un planeta gobernado por las máquinas. Así creían que sería el mundo en los 2000 algunos niños en los años 60. El programa de televisión de la BBC, 'Tomorrow's World', entrevistó a varios jóvenes de la Universidad de Marlborough, las escuelas Roedean y Chippenham. Los entrevistadores les preguntaron cómo creían que sería el mundo en cuarenta años, sus respuestas no fueron especialmente optimistas.
El programa fue emitido en 1966 y las preocupaciones de los mas jóvenes se centraban especialmente en la sobrepoblación, la automatización, el cultivo de baterías y el desempleo masivo. "Los ordenadores se están apoderando de todo, en el año 2000 simplemente no habrá trabajo para todos. Los únicos trabajos que habrá serán para personas con alta cualificación, el resto de las personas simplemente no van a tener trabajo", aseguraba una niña. Aunque la predicción era muy catastrofista, la realidad es que los trabajos cualificados son los más remunerados actualmente.
En la década de los sesenta, la bomba atómica y el cruel ataque sobre Hiroshima y Nagasaki seguía estando muy reciente. Por ello, no es de extrañar que uno de los miedos de los adolescentes era que el mundo tal y como lo conocían desapareciera. "Las bombas atómicas caerán, una se acercará y creará un cráter enorme, después nuestro mundo desaparecerá. Se convertirá en una gran explosión atómica", aseveraba uno. "Algún loco conseguirá la bomba atómica y volará el mundo, quedaremos en el olvido", señalaba otro.
La automatización era otro temor en la época, muchos de los entrevistados temían que las máquinas acabaron gobernando el mundo y las personas comenzaran a ser vistas "como estadísticas que como personas reales". Las máquinas estarán en todos los lados, nos sustituirán y harán la vida por nosotros, apuntaba una joven.
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