Las obras del nuevo hospital de continúan a buen ritmo para que el edificio esté operativo incluso antes de los 10 días que se habían fijado como objetivo las autoridades chinas. Los bloques prefabricados encajarán como un puzzle para prestar atención sanitaria a 1000 pacientes que se vean afectados por el nuevo coronavirus. Decenas de excavadoras y cientos de operarios trabajan en turnos continuados para que la actividad no se detenga.
El gobierno chino no quiere revivir el caos de 2003 cuando otro coronavirus provocó la crisis del SARS, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo. Entonces murieron 700 personas y las autoridades de Pekín mostraron ante el mundo su mala gestión de la crisis sanitaria. China se ha propuesto actuar antes para controlar la propagación de la mutación en un país donde los mercados en la calle con animales vivos se convierten en la fuente perfecta para originar y extender este tipo de coronavirus.
En la crisis de 2003 China también llevó a cabo la construcción relámpago del hospital de Beijing en sólo siete días.