Asociaciones feministas critican que los nuevos iPhone son demasiado grandes para las manos de las mujeres

Asociaciones feministas han criticado a Apple tras la presentación de sus nuevos modelos: los iPhone XS y XS Max.

Las críticas llegan también después de que la empresa estadounidense anunciara que dejará de fabricar su modelo iPhone SE, que cuenta con una pantalla más pequeña.

Estas asociaciones critican que los nuevos modelos de iPhone son demasiado grandes para la medida de las manos de las mujeres. Argumentan que el tamaño de las manos de las mujeres es menor que el de los hombres y consideran que los nuevos modelos serán difíciles de manejar dado que el ancho de su pantalla oscila entre 5,8 y 6,5 pulgadas en comparación con el iPhone SE, que tiene una pantalla de 4 pulgadas.

La escritora del periódico 'New York Times' Zeynep Tufekci indicaba a través de su perfil de Twitter que las mujeres con las manos pequeñs necesitan "por razones de seguridad" un teléfono que puedan sujetar y no tener el riesgo de que se caiga.

También la activista Caroline Criado Pérez aseguró que utilizar de manera continuada un teléfono demasiado grande para su mano puede causar lesiones.

"Afecta a la salud de las mujeres y son las mujeres las que compran más iPhones que los hombres", asegura Criado, que dice estar desconcertada por el hecho de que Apple no diseñe sus terminales pensando en la anatomía femenina.

"Deberíamos estar enfadadas por esto. Pagamos tanto dinero como los hombres por un producto que no funciona tan bien en nosotras", lamenta Criado, que cree que pronto no habrá ningún iPhone que se adapte al tamaño medio de las manos de la mujer.

La activista dice además que tendrá que elegir entre tener un móvil que se va a dejar de fabricar o comprarse un nuevo terminal y aceptar que le causará lesiones. "Esa no es una opción aceptable en el siglo XXI, necesitas tener un teléfono inteligente", dice en declaraciones al periódico 'The Telegraph'.

Jess Phillips, diputada laborista por Birmingham, también coincidió en que a menudo las empresas no diseñan sus productos pensando en las mujeres.

"El estándar por defecto es siempre el que le conviene al hombre. Las empresas tienen que reelaborar mejor su idea de normalidad y deben tener en cuenta a todos sus clientes", asegura.