Enfermedades respiratorias niños
Aumentan los infectados por el virus respiratorio sincitial en los hospitales de Estados Unidos
Se trata de un patógeno similar al de la gripe, pero para el que no hay vacuna.
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A la entrada de las emergencias del Hospital Monte Sinaí Oeste en la calle 59 de Nueva York es notable la misma imagen que en el resto de hospitales del país: aumento de ingresos de niños menores de cinco años y bebés. Son los infectados por el virus respiratorio sincitial, un patógeno similar al de la gripe, pero para el que no hay vacuna.
Es habitual que los niños se infecten de él y la mayoría no tiene problema en recuperarse tras unos días, con frecuencia se confunde con una gripe común. Aún así, cada año provoca la hospitalización de casi 60.000 pequeños y la muerte de 500 de ellos.
La alarma viene porque este año las cifras van a ser peores dado el actual nivel de ingresos hospitalarios.
Aún no se conoce la causa precisa, pero los doctores aquí nos explican como probable la vulnerabilidad de los pequeños después de pasar dos años resguardados en casa debido a los confinamientos por la pandemia, sin ir incluso al colegio y no acostumbrar entonces a sus sistemas inmunitarios a los virus comunes.
El mayor peligro es la "triple endemia": la combinación de virus respiratorio sincitial, gripe y coronavirus. Para los dos últimos hay vacunas y por eso se insiste en aprovecharlas antes de que sea demasiado tarde con una infección que podría llegar a ser doble y muy difícil entonces de curar.
La mayor parte de hospitales estadounidenses están preparando unidades especiales de atención para niños con el virus sincitial. La razón es doble: la alarma por el incremento de casos pero también la mayor sensibilidad que tras el coronavirus se tiene a los virus respiratorios.
Por ejemplo, ahora se recuerda que cada año morían de gripe en EEUU al menos 45.000 personas.
Se calcula que la mayor incidencia será en las próximas ocho semanas. La recomendación básica para los padres es que estén alerta sobre si sus pequeños muestran irritación, moqueo, tos, falta de apetito y, sobre todo, dificultad para respirar.
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