Hace justo un mes que Beirut sufrió una de las peores tragedias en sus 100 años de historia después de que 2.750 toneladas de nitrato de amonio explotaran en el puerto de la capital libanesa, dejando una ciudad devastada en la que este viernes se recuerda en silencio a sus 191 víctimas.
Los equipos de rescate llevan trabajando desde el jueves con la esperanza de encontrar a alguien vivo más de un mes después de que enormes explosiones en el puerto destrozaran la capital del Líbano.
Francisco Lermanda, jefe del equipo de rescatistas Topos Chile, ha asegurado que el perro del equipo especializado en rescates se ha sentado en dos ocasiones diferentes "en el mismo punto y a la misma distancia que nosotros creíamos" donde piensan que hay dos cuerpos.
Mientras que uno creen que está sin vida, el otro, que se encontraría justo debajo del cadáver, da señales de vida con 18 pulsaciones por minuto.
El jefe de rescatistas chileno señaló que, en caso de que hubiera un cuerpo con vida, sería el de un bebé "por la forma" en la que se encuentra.
Esta operación contiene el aliento de los libaneses, los cuales se han acercado a la zona acordonada, por la esperanza de encontrar al superviviente, sin que por el momento haya informaciones concluyentes.
El edificio en ruinas donde continuaba la búsqueda se encuentra entre los distritos residenciales de Gemmayze y Mar Mikhael, entre las áreas más afectadas por la explosión y hogar de muchos edificios antiguos que se derrumbaron cuando la onda de choque se abrió paso.
Durante el día, excavadoras mecánicas levantaban trozos de hormigón y mampostería mientras los trabajadores usaban palas y sus manos para cavar.
El Ministerio de Sanidad elevó este viernes a 191 a las víctimas mortales en la explosión del fertilizante que llevaba seis años almacenados en el puerto. Más de 6.500 heridos, 3 desaparecidos y unas 300.000 personas sin hogar son los últimos datos oficiales aportados por las autoridades libaneses y publicados el pasado domingo sobre la tragedia.