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VALORAN LA INTEGRACIÓN COMO CLAVE DE LA POLÍTICA MIGRATORIA
Bélgica quiere que los inmigrantes firmen una carta en la que se comprometen a respetar derechos, deberes y libertades
En el documento, el secretarios de Estado belga explica que los recién llegados son "bienvenidos en este país desde hace muchos años", pero para garantizar la buena convivencia es necesario que los nuevos residentes "reconozcan esos derechos, las decisiones judiciales, las obligaciones, las libertades y los valores y que estén preparados para cumplirlos", y añade que se les podría revocar el permiso en caso de infracción grave.
El secretario de Estado de Bélgica para el Asilo, Theo Francken, propuso que los inmigrantes y refugiados que lleguen al país firmen una carta en la que se comprometan a respetar los derechos, deberes y libertades, y que se les pueda revocar el permiso en caso de infracción grave. "Declaración de recién llegados. La integración como elemento clave en nuestra política migratoria", señaló Francken en un mensaje de la red social Twitter, en el que colgó la carta.
En el documento, Francken explica que los recién llegados son "bienvenidos en este país desde hace muchos años", al tiempo que señala que a menudo en los países de origen existen otras costumbres y culturas. La carta, un tipo de contrato, señala que los ciudadanos de Bélgica se identifican no obstante con ciertos derechos y valores, y con ciertas obligaciones y libertades. Añade que para garantizar una buena convivencia, es necesario que los nuevos residentes "reconozcan esos derechos, las decisiones judiciales, las obligaciones, las libertades y los valores y que estén preparados para cumplirlos". "En el marco de su solicitud para residir aquí, esperamos que usted firme esta declaración", prosigue.
En ella, la persona se compromete a "esforzarse activamente para asegurar que yo y cualquiera de mis hijos se integren y participen activamente en la sociedad belga durante nuestra estancia en Bélgica". La carta recoge una serie de elementos que el recién llegado debe cumplir, como asumir que Bélgica "respeta los derechos humanos" y "respetar las leyes y los principios democráticos de ese país".
"Respecto cada una de las libertades y la integridad personal de cada uno. Entiendo y acepto que este país cada individuo tiene el derecho a libertades fundamentales consagradas en la Constitución, como la libertad de expresión, la libertad de reunión, la libertad de religión y la libertad de la orientación sexual", señala. El contrato también subraya que en Bélgica hombres y mujeres tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones y que ambos contribuyen de manera igualitaria a esta sociedad.
"Ello significa que tanto mujeres como hombres tienen el mismo derecho a la educación y al trabajo, que ambos pueden participar de manera idéntica en el proceso democrático, incluidas las elecciones", dice la carta. Indica asimismo que mujeres y hombres tienen que pagar impuestos, y explica que en Bélgica la mayoría de edad está fijada en 18 años. "Cualquier adulto, hombre o mujer, puede elegir libremente, sin presión de sus padres, su empleo, su casa y su pareja", explica Francken en la declaración, que añade que los hijos no pueden ser forzados a casarse con nadie que no quieran.
En la segunda página, los recién llegados deben aceptar que en Bélgica ambos padres cuidan de sus hijos y que todos los menores, ya sean varones o niñas, tienen las mismas oportunidades, además de aparecer otras explicaciones respecto al trabajo, a cursos de integración, a la educación, a ser "ciudadanos activos", a aprender el idioma, entre otros. Los inmigrantes, por su parte, deberán indicar que entienden y aceptan que Bélgica condena el terrorismo y a prevenir y denunciar actos si son testigos de algo que pone en peligro a los demás. También subraya que para que la residencia pueda ser prolongada, deben seguir cumpliendo estas obligaciones y aceptar que si no lo hacen, "ponen en peligro la renovación del permiso".
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