El ministro del Interior de Alemania, Thomas de Maizière, advirtió de que las fuerzas de seguridad no tolerarán el menor intento de alterar la cumbre del G20, sea en forma de manifestaciones violentas o actos de sabotaje contra la reunión de los próximos días 7 y 8 en Hamburgo.
"Ningún manifestante, de ninguna organización, puede pretender decidir cómo, cuándo o por dónde deben pasar los líderes del G20", dijo el titular ante una cita en la que la canciller alemana, Angela Merkel, recibirá a jefes de Estado y de Gobierno de las principales economías y potencias emergentes, desde el estadounidense Donald Trump, al ruso Vladímir Putin y el turco Recep Tayyip Erdogan.
De Maizière hizo estas declaraciones tras recorrer el centro de congresos hamburgués que acogerá la cumbre y revisar los dispositivos de seguridad preparados para el evento, en el que se desplegarán unos 20.000 policías.
El ministro recordó que, de acuerdo a los datos de los servicios secretos, podrían concentrarse en la ciudad hasta 8.000 manifestantes dispuestos a la violencia, pero se mostró convencido de que el plan policial diseñado para el acto podrá contenerlos.
"Somos optimistas, tal vez sean menos o tal vez simplemente desistan de recurrir a la violencia, lo que por supuesto nos alegraría", afirmó, para añadir que, en cualquier caso, se actuará con determinación.
La que más preocupa a las fuerzas de seguridad es la denominada 'Welcome to hell' ('Bienvenido al infierno'), convocada por la llamada 'Rote Flora' ('Flora roja'), un grupo antisistema aglutinado en torno a una casa ocupada del mismo nombre, a escasa distancia del centro de congresos donde discurrirán las sesiones.
Otra fuente de preocupación es la denominada "acampada anticapitalista", que se estimaba podía concentrar a unas 40.000 personas, dispuestas a quedarse en el centro de Hamburgo hasta el domingo para participar en distintos actos de protesta.