Se da por sentado que Il Cavaliere va a superar el veto del Senado, pero las cosas no están tan claras en la Cámara de Diputados. Su gesto es el reflejo de la preocupación. Silvio Berlusconi necesitaba recaudar en el Parlamento todo el apoyo posible. Hoy se enfrenta a una moción de censura que podría hacer caer su gobierno.
Primero pasará por el Senado, donde se presupone que saldrá airoso. La Cámara de los Diputados puede ser la barrera que pondría en jaque a su Gobierno y le obligara a dimitir. Para evitarlo lanza un claro mensaje: "Si la moción no sale adelante, y espero que no sea así, trabajaré desde mañana para restructurar el bloque moderado".
Tiende la mano al centro derecha y en especial a los 36 diputados de su partido que le abandonaron para unirse a su ex aliado y actual enemigo, Gianco Fini. Les ofrece un hueco en su nuevo Gobierno y podría modificar incluso, la conocida como "cerdada", ley que dificultaría el acceso parlamentario a la izquierda.
Esta búsqueda de apoyo podría haberle llevado a la ilegalidad. La Fiscalía de Roma investiga una supuesta compra de votos por un valor de 500.000 euros. "Existen documentos que prueban la compra de votos para evitar la salida del Primer Ministro", asegura el líder de la oposición.
Según los analistas, Berlusconi superará esta prueba por uno o dos votos, lo que le haría muy difícil Gobernar. Si pierde, tendrá que dimitir como Primer Ministro y dejar que el Presidente, Giorgio Napolitanon forme un nuevo Gobierno o convoque elecciones anticipadas.
