Brasil inicia una etapa de profunda crisis institucional tras apartar de su cargo a Rousseff

24 hombres, todos blancos, forman el nuevo gobierno nombrado por Michel Temer, el presidente interino de Brasil. El nuevo presidente dice que está hecho para ganar la confianza de los mercados. Cuenta con 7 carteras menos, entre ellas desaparece el ministerio de la mujer y de igualdad racial.

Temer quiere encabezar un gobierno de unidad nacional para dinamizar la economía y ganar credibilidad, pero no lo tendrá fácil. Su antiguo socio; el partido de Dilma Rousseff y Lula da Silva le ha declarado la guerra. Anoche miles de personas protestaron contra el nuevo gobierno.

El ejecutivo nace con tres ministros investigados por corrupción y un presidente interino, Temer, condenado por financiación ilegal. Desde Venezuela Nicolás Maduro, habla también de golpe de estado, una señal grave, dice, para la estabilidad de la región.

Temer ocupará la presidencia mientras dure el proceso contra Dilma Rousseff y si es declarada culpable, hasta completar la legislatura. A sus 75 años, este hijo de inmigrantes cristianos libaneses, casado en terceras nupcias con una exmodelo de 32, intentará sacar adelante un país afectado, no solo por la crisis económica, también por los escándalos y el virus Zika.