Filtración en el Pentágono
Las brechas del 'Top Secret' en Estados Unidos
El arresto de un joven de 21 años como sospechoso de una de las mayores filtraciones en la última década ha reabierto el debate sobre la seguridad de la información confidencial.
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La detención sin oponer resistencia de Jack Teixeira, el sospechoso de filtrar información secreta de Estados Unidos durante meses, deja en el aire varias preguntas. La primera, la de cómo un joven pudo tener acceso a información tan relevante. La segunda, y para cuya respuesta el Pentágono ya se ha puesto manos a la obra, es la de si es realmente eficaz el sistema de salvaguarda de ese tipo de documentos que pueden exponer la seguridad del país y la de sus aliados más cercanos.
Washington todavía no ha terminado de evaluar el impacto que la información que ha quedado expuesta va a suponer para sus estrategias. Ni siquiera se sabe la cantidad exacta de documentos que han sido filtrados. Todo esto deja en evidencia la gran cantidad de personas que tienen autorización para ver ese tipo de archivos sensibles. Según el diario estadounidense 'The New York Times', los perfiles autorizados para manejar esos informes van desde la Guardia Nacional, a los generales de la OTAN, miembros del servicio secreto estadounidense pero también sus ayudantes militares, oficiales subalternos e incluso expertos militares. Esto elevaría la cifra a miles o decenas de miles de personas, por lo que las probabilidades de brechas de información, son altas.
La razón por la que tanta gente puede acceder a esta información
El ex consejero general de la Agencia de Seguridad Nacional, Glenn Gerstell, en declaraciones a 'The New York Times', apunta a los cambios que se hicieron en el manejo de la información secreta tras los atentados del 11-S. Las agencias de inteligencia comenzaron a compartir material de forma mucho más amplia en todo el gobierno. A eso se suma que después de la evaluación fallida de que Irak tenía armas de destrucción masiva, las agencias comenzaron a compartir más detalles sobre las fuentes de su información. Para Gerstell, esas medidas que se tomaron por buenas razones, ahora suponen un riesgo porque según él, el acceso a algunos secretos oficiales es “abrumadoramente amplio”.
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El portavoz del Pentágono ha explicado en su última rueda de prensa que todos los que están autorizados para acceder a esos documentos “firma un acuerdo de no divulgación”, por lo que Jack Teixeira ya sabía que estaba cometiendo un “acto criminal deliberado”. La Justicia estadounidense ha precisado los cargos que se le imputan al supuesto filtrador pero, según los expertos, si ha sido arrestado bajo la Ley de Espionaje podría enfrentarse a 10 años de prisión por cada cargo.
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