Breivik acusa al Estado noruego de haber intentado asesinarlo con aislamiento

"Durante cinco años el Estado ha intentado asesinarme con la ayuda de este método. Si no logro convencer al tribunal hoy, tendrá éxito en matarme", dijo Breivik, según recogió la televisión pública noruega NRK, en una vista no retransmitida por orden judicial.

Breivik, que ha demandado al Estado por violar la Convención Europea de Derechos Humanos, criticó el trato "inhumano" y la "tortura" de su régimen penitenciario, que considera una "venganza" de las autoridades por sus actos.

El extremista noruego, de 37 años, hizo explotar una bomba en el complejo gubernamental de Oslo, que mató a 8 personas; y luego cometió una masacre en el campamento de las Juventudes Laboristas en la isla de Utøya, en la que murieron otras 69.

"No creo que a nadie le sorprenda que sea torturado, no esperaba otra cosa. Desde la perspectiva laborista pocas personas en el mundo merecen más ser torturadas. Pero la cobarde élite de izquierdas no se atreve a asumir lo que hace", afirmó en su declaración en el juicio que se celebra en la cárcel de Skien, en el sur de Oslo.

Breivik criticó los más de 800 cacheos desnudo y el uso abusivo de esposas, sobre todo en la prisión de Ila -donde estuvo hasta otoño de 2013-, que hizo que decidiera no salir de su celda.

También calificó de "inhumano" el riguroso control de las visitas, que salvo la de su madre se han reducido a profesionales, y que transcurran tras un vidrio de seguridad; y de las cartas, que le han impedido establecer contacto con el exterior.

"El aislamiento en una celda es una cosa. Cuando además no puedes recibir cartas, incluso la persona más fuerte pierde las ganas de vivir. No creo que muchos pudieran sobrevivir tanto tiempo como yo", dijo Breivik, que no hizo el saludo nazi usado ayer en la apertura del proceso y que la jueza le había pedido que no repitiera.

Breivik, que se presentó como secretario del partido político Estado nórdico, aseguró haber leído el "Mein Kampf" de Hitler a los 14 años y que desde hace 25 años se considera nacionalsocialista, una condición que cuenta con mantener toda su vida.