El negociador jefe de la Unión Europea para el 'brexit', Michel Barnier, ha asegurado este viernes que la UE trabajará para acordar un acuerdo comercial con Reino Unido tras el 'brexit' que utilizará como "modelo" el tratado acordado con Canadá, conocido como CETA. Barnier ha comparecido en rueda de prensa para explicar los detalles del acuerdo alcanzado sobre las bases del divorcio entre Bruselas y Londres y ha subrayado que el "modelo" del CETA es la única opción posible después de que el Ejecutivo de Theresa May renunciase a seguir formando parte del mercado único, incluida la libertad de circulación, y optase por recuperar su "soberanía en materia de negociación comercial".
"Es el Gobierno británico el que ha establecido estas líneas rojas, que cierran ciertas puertas. Por eso trabajaremos sobre este modelo", ha afirmado Barnier, en referencia al acuerdo comercial entre la UE y Canadá. May y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, han anunciado este viernes el acuerdo sobre las tres cuestiones principales del 'brexit', que son los derechos de los ciudadanos, la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte y la 'factura' que Londres tendrá que pagar por abandonar el bloque comunitario.
El jefe negociador de la UE ha evitado durante la rueda de prensa dar una cifra concreta sobre esta última cuestión. Sin embargo, los últimos cálculos sitúan la factura entre 40.000 y 45.000 millones de euros, según fuentes conocedoras de la negociación. Este rango es "un acuerdo justo" para Londres, según declaraciones de un portavoz del Gobierno británico recogidas por Reuters.
Factura financiera del 'brexit'
"Ningún Estado miembro tendrá que pagar más o recibir menos a causa del 'brexit'. Reino Unido honrará todos sus compromisos asumidos durante su etapa como miembro", ha garantizado el jefe negociador francés. Así, Barnier ha señalado que Bruselas y Londres han fijado en particular los componentes del acuerdo financiero, los principios para calcular el valor y los pagos y las condiciones de la participación de Reino Unido en los programas del plan financiero plurianual de la UE entre 2014 y 2020. Además, contribuirá a los presupuestos anuales de la UE para 2019 y 2020 y se comprometerá a pagar las cantidades todavía por abonar y los pasivos, que serán calculados a finales de 2020.
De esta forma, Reino Unido abonará entre 17.000 y 18.000 millones por los presupuestos comunitarios de 2019 y 2020, entre 21.000 y 23.000 millones por los compromisos adquiridos que todavía no se han pagado y entre 2.000 y 4.000 millones por los pasivos, según estiman las mismas fuentes
Londres acepta jurisprudencia del TUE
Dentro del capítulo de derechos de los ciudadanos, ambas partes han acordado fijar la fecha de corte en el día en el que se haga oficial la salida de Reino Unido del bloque comunitario (el 29 de marzo de 2019), aunque Barnier ha apuntado que podrá "adaptarse" en el transcurso de las negociaciones sobre el periodo de transición que ha solicitado May.
Todos los ciudadanos europeos que lleguen a Reino Unido antes de esa fecha mantendrán su derecho a vivir, trabajar y estudiar allí, a la reunificación familiar y acceso a servicios de sanidad, jubilación y prestaciones de la seguridad social, que además podrán trasladarse a otro país de la UE.
En relación a la protección jurídica de los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido Bruselas y Londres han acordado que serán los que tendrán la competencia para pronunciarse, pero tendrán que tener en cuenta la jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE (TUE). Asimismo, los tribunales británicos podrán plantear cuestiones prejudiciales durante un periodo de ocho años ante la Justicia europea, cuyas sentencias serán vinculantes.
Por otro lado, Londres se ha comprometido a crear un procedimiento "simplificado" para que los europeos obtengan el estatus "especial" en Reino Unido, cuyos costes no podrán ser superiores a las 70 libras (80 euros), y una "autoridad independiente", en palabras de Barnier, para "asegurar la buena aplicación del acuerdo de salida y ayudar directamente a los ciudadanos".
Frontera del Irlanda
Por último, sobre la cuestión sensible de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, que impidió un acuerdo el pasado lunes, Londres y Bruselas han pactado que Belfast siga siendo parte del mercado único, aunque se ha abierto la posibilidad a otras opciones que tendrán que ser planteadas por Reino Unido.
"Salvo que se encuentre otra solución, Reino Unido ha acordado con firmeza que Irlanda del Norte mantendrá un alineamiento total con las normas del mercado único y la unión aduanera de la UE, que apoyan la cooperación Norte-Sur, la economía de toda la isla y la protección de los Acuerdos del Viernes Santo", ha explicado Barnier.
El jefe negociador de la UE ha enfatizado en cualquier caso que ambas partes están "comprometidas" a "evitar una frontera dura" en la isla. "El compromiso de Reino Unido nos da una garantía efectiva de que se evitará una frontera así", ha explicado.
No obstante, Barnier ha pedido que no se "subestimen" las dificultades sobre esta cuestión y ha instado a ser "flexibles e imaginativos" y a "demostrar un sentido colectivo de responsabilidad". En este contexto, ha abogado por mantener una "línea de negociaciones" sobre la cuestión irlandesa durante las conversaciones sobre la futura relación.