Nos hemos acercado al bar-restaurante de Ana y Juan, dos de los españoles que viajaban en el crucero Costa Concordia, acompañados por un grupo de familiares.
Entre ellos está Guillermo Gual, un mallorquín de 68 años que continúa desaparecido. Durante la época estival, Guillermo les hecha una mano en el negocio, a muy pocos metros de su casa, un ático que comparte con su hermano y su cuñada.
Esta misma mañana nos comentaban la impotencia que sienten por lo especial del caso, ya que Guillermo sufre autismo. "Cuando algo así ocurre todfo el mundo corre. El no es tan ágil, se siente perdido...", nos explica su cuñada, María Concepción López. La familia está en contacto con la embajada española y la compañía. A pesar de todo, no pierden la esperanza.
Concha y Gabriel han tenido más suerte. Su nieto Miguel viajaba con el mismo grupo. Él salió a nado del barco y ya les ha telefoneado para decir que está bien.
Otras dos personas, también mallorquinas, siguen desaparecidas.