El pequeño Alex

Publicidad

EN REINO UNIDO

Cadena perpetua para el hombre que mató al hijo de su pareja por perder el zapato

La Policía declaró que la muerte del pequeño se produjo por una lesión cerebral mortal y magulladuras internas en su estómago y la autopsia apuntó que la causa había sido un golpe violento, una patada o un puñetazo.

Marvyn Iheanacho, el hombre que golpeó hasta la muerte al hijo de cinco años de su novia en un parque de Reino Unido porque el pequeño había perdido un zapato, ha sido sentenciado a cadena perpetua este martes.

El tribunal de Woolwich ha declarado culpable a Iheanacho, londinense de 39 años, por el asesinato de Alex Malcolm el 20 de noviembre de 2016 después de que varios testigos en el parque Mountsfield, en Catford, declararan haber escuchado una voz masculina gritar y a "un niño atemorizado disculpándose" por un zapato perdido.

La Policía declaró que la muerte del pequeño se produjo por una lesión cerebral mortal y magulladuras internas en su estómago y la autopsia apuntó que la causa había sido un golpe violento, una patada o un puñetazo.

Posteriormente, Iheanacho fue visto hablando por teléfono de espaldas a un banco donde un niño yacía con un brazo colgando. Pese a que el hospital más cercano estaba a unos cinco minutos a pie, Iheanacho llevó al niño a su casa en un taxi y atacó a la madre, Lilya Breha, cuando trató de llamar a una ambulancia.

El niño murió en el hospital dos días después. La Policía encontró el zapato perdido en el parque poco después del ataque. "Iheanacho golpeó brutalmente al niño por una rabia incontrolable sólo porque Alex perdió uno de sus zapatos", ha declarado el inspector jefe de la Unidad Criminal de la Policía Metropolitana, Tony Lynes.

La Fiscalía ha revelado "problemas con la interferencia de testigos" durante el juicio porque, desde prisión, Iheanacho había llamado a Breha para persuadirla de que lo apoyara en los tribunales. Además, Iheanacho, que ya tenía antecedentes por delitos violentos, trató de encubrirse contando diferentes historias a la Policía y al personal sanitario de cómo el niño se había golpeado.

La Justicia lo ha sentenciado a un mínimo de 18 años de cárcel.

Publicidad