Esta madrugada las tropas tailandesas han comenzado el asalto a la zona ocupada por los camisas rojas desde hace seis semanas. Algunos testigos aseguran que hay varios heridos de bala.
Los tanques ya han destrozando varias barricadas con las que los manifestantes protegen su bastión. Los soldados están muy cerca de su epicentro y les han pedido que se vayan pero su líder asegura que lucharán y han quemado neumáticos para impedir que el ejército llegue hasta ellos. Hay un edificio en llamas y el humo ha llegado hasta un hospital, que se prepara para una posible evacuación.
Quedan unos 3.000 camisas rojas de los 10.000 que empezaron la protesta para exigir nuevas elecciones y la vuelta del anterior primer ministro. Más de 60 personas, la mayoría civiles ha muerto desde entonces. El gobierno ha asegurado que la operación, en la que ya han resultado varias personas heridas, durará todo el día y que podría extenderse a otros puntos de la ciudad. Sólo negociarán si los cabecillas de la revuelta desmantelan el campamento del centro de Bankok.