Una campana de Hitler aún sigue sonando en una aldea alemana

En Herxheim am Berg, una pequeña aldea de unos 800 habitantes en el suroeste de Alemania, entre edificios antiguos y restaurantes locales, se alza un campanario de piedra que oculta un secreto. La iglesia de Santiago, que según los registros del pueblo data de 1014, sufrió un incendio hace 80 años que obligó a renovar sus tres campanas.

Los nuevos ejemplares fueron forjados en los días de un naciente movimiento nacionalsocialista y llevan esculpida una cruz gamada, el nombre de Adolf Hitler y el lema 'Todo por la patria'. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial se fundieron las dos campanas más grandes para aprovechar su bronce en la fabricación de armamento.

La que hoy sigue doblando en lo alto del campanario, la más pequeña de las tres, siguió cumpliendo su función, alejada de miradas indiscretas, hasta que la exorganista del templo, Sigrid Peters, denunció el hecho. "Algo así debe saberse", denuncia Peters al diario local Rheinpfalz. Se sentía indignada por el hecho de que se hiciese sonar la campana cuando una pareja se casa o un niño es bautizado.

La hija de Peters se había casado en la iglesia y el abuelo de su yerno había muerto en un campo de concentración. Por eso, ve indigno que esté inscrito el nombre del dictador y pude que la campana sea enviada a un museo.

De la opinión contraria es el alcalde de la localidad, Ronald Becker, que no veía "ninguna razón para retirar la campana". "Son cosas de entonces que a día de hoy se pueden seguir utilizando", concluía Becker.

En la misma línea, el párroco de la iglesia de Santiago, Helmut Meinhardt, ha dicho que se trata de un reliquia histórica y sustituirla supondría un problema porque el sonido de la campana está perfectamente compenetrado con el de las otras dos.