Coronavirus
Campos de confinamiento para alojar a los contagiados, el plan de choque de China para luchar contra la Covid-19
China mantiene una estricta política de restricciones para tratar de contener los brotes de coronavirus.
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El Gobierno chino está construyendo a toda prisa campos de confinamiento para alojar a los contagiados por coronavirus. Esta medida ya se adoptó en 2021, cuando los contagios comenzaron a desbordar los hospitales.
En las últimas semanas el país asiático ha registrado un aumento importante de positivos y este viernes las autoridades sanitarias han notificado el peor dato diario de infecciones desde que estalló la pandemia: casi 33.000 en 24 horas.
China endurece su política de Covid cero
Hace un mes que China confinó totalmente la provincia de Xinjiang debido a un rebrote de Covid-19. Recientemente Pekín ha impuesto severas restricciones que afectan ya a varios barrios y la mayor parte de los colegios han vuelto a las clases telemáticas. A esto se suma que en la calle se están produciendo violentas protestas por el férreo sistema de control.
Mientras tanto, Xi Jinping sigue abogando por la vía de las cuarentenas y pruebas masivas diarias a la población, todo, asegura, "por la primacía del pueblo y de la vida". "Hemos librado una guerra popular, una guerra general, una guerra de contención, para combatirla, lo que nos ha permitido proteger al máximo la seguridad de la vida del pueblo y la salud, y conseguir frutos positivos importantes en cuanto a la coordinación de la prevención y control epidemiológicos y el desarrollo económico y social", advierte el mandatario.
A pesar del descontento de la población con esta situación Jinping insiste en que el único objetivo es la protección: "Pusimos a la gente y sus vidas por encima de todo con nuestra tenaz política de Covid cero. Hemos protegido la salud de la gente en la mayor medida posible", remarca.
¿Por qué suben los contagios?
El país mantiene activadas todas las alertas porque a los contagios confirmados se suman otros miles asintomáticos. La nueva ola, que ya asumen muchos especialistas, ha llevado a las autoridades a incrementar los rastreos, principalmente en grandes ciudades, para atajar la transmisión.
A pesar de los esfuerzos del gigante asiático por adoptar medidas "decisivas" para contener los brotes y las consecuencias económicas asociadas a la pandemia, los datos siguen empeorando. Esto se debe en gran parte a la aparición de variantes mucho más transmisibles como ómicron.
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"China se encuentra en la situación más difícil debido a una política de cero Covid que parecía increíblemente exitosa en 2020, pero ahora se trata de una lucha contra una variante mucho más transmisible con confinamientos más amplios y vacunas con eficacia limitada. Y la población prácticamente no tiene anticuerpos contra ómicron. Mantener el país cerrado durante dos años ha hecho que ahora sea más arriesgado volver a abrirlo", indica un informe de la consultora Eurasia Group.
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